Las obras de remodelación de la plaza de España ya han comenzado. Así se desprende de la instalación de vallas de obra que rodean al perímetro. Con un presupuesto cercano a los 70 millones de euros, el enclave experimentará una profunda transformación en dos fases: la actual, que se espera sea culminada antes de que termine la legislatura; y una segunda, que deberá acometer el futuro Gobierno municipal que llegue al Palacio de Cibeles tras las próximas elecciones del 26 de mayo. Con la autorización del gasto para la reforma aprobada en Junta de Gobierno, los operarios empezarán ahora a trabajar en la realización de los primeros desarrollos.
Así, esta etapa inicial prevé la unificación de la calle de Ferraz con la plaza de España a través de un pasillo peatonal. Un extremo, que el Consistorio llevará a cabo con la prohibición a los vehículos de girar a la izquierda desde la calle de la Princesa hacia la vía que bordea el enclave, a la altura del edificio Torre de Madrid, donde solo se permitirá el acceso al aparcamiento público. Este lateral de la plaza será peatonalizado con el objetivo de soliviantar los problemas de conexión a pie desde el barrio de Ventura Rodríguez (Moncloa-Aravaca) y la propia plaza. Pese a que la entrada de la piqueta estaba prevista para enero, la dilatación de los trámites burocráticos ha provocado el retraso hasta bien entrada la primavera.
El proyecto, que incluye la combinación de ciclocarril con carril bici para unir la Gran Vía a través de la plaza de España con Madrid Río, prevé también la ampliación de aceras. En concreto, los técnicos llevarán a cabo el ensanche en la parte frontal de la plaza de España. Además, el pavimento será renovado para continuar con el modelo implantado meses atrás en la centenaria avenida.
El proyecto ganador del concurso «Welcome Mother Nature», firmado por el estudio Porras-La Casta Arquitectos y Estudio Guadiana, dibuja también en esta fase la renovación del aparcamiento subterráneo de la plaza. Este punto será el primero en abordarse y tendrá por objetivo la impermeabilización y el refuerzo de la estructura.
Para evitar el colapso de la zona, los operarios trabajarán por bloques, evitando así el cierre total del parking, que cuenta con 800 plazas de estacionamiento repartidas en tres plantas, de las cuales, 265 están reservadas para rotación y el resto para residentes y comerciantes de la zona. Tras la instalación del vallado, el perímetro contará también con unos carteles explicativos que reproducirán los detalles del proyecto y mostrarán recreaciones del resultado final.
Galería subterránea
La siguiente legislatura será la que aborde el grueso de una obra que, en ese periodo, abarcará la transformación integral de la galería comercial subterránea, anexa al parking, conocida como el pequeño «Chinatown». Más luminosa, accesible y amplia, la superficie pasará de tener tres locales, repartidos en 297 metros cuadrados, a cinco, en 505 metros. El nuevo espacio contará con rampas y ascensores y estará acabado con una bóveda. Además, la estructura permitirá la luz y la ventilación natural a través de tres grandes aberturas en el techo que darán lugar a tres jardines. Pero no solo eso. La reforma prevé el levantamiento de un futuro intercambiador de transportes que conectaría una decena de rutas de la EMT con tres líneas de Metro y el propio aparcamiento.
Más allá de lo acontecido bajo tierra, el Gobierno que dirige Manuela Carmena dejará en herencia al siguiente equipo la prolongación del túnel de Bailén hasta la calle de Ferraz con una salida por la de Ventura Rodríguez. Esta actuación permitirá integrar la plaza de España con los Jardines de Sabatini mediante un paseo ajardinado y arbolado, y reducirá los desniveles actuales con la plaza de Oriente.
Con un plazo de ejecución de 20 meses, la nueva la plaza de España estará lista para finales de 2020. Será una gran plaza urbana con más vegetación -se plantarán 1.050 árboles- y el primer «Shibuya» de Madrid: un paso de peatones diagonal, típicamente nipón, que unirá Gran Vía con la calle de la Princesa, de los Reyes y la Cuesta de San Vicente.
