Todos los implicados en la construcción: albañiles y "chalanes"; arquitectos, ingenieros y ayudantes en general, cumplieron ayer con la tradición de bendecir sus cruces de madera, para colocarlas en lo alto de las construcciones en obra, en ocasión del 3 de Mayo, Día de la Santa Cruz.
El rector de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, Rubén de la Cruz Martínez, ofició la misa a las puertas de la iglesia y sobre un templete, frente a cientos de trabajadores de la construcción que ocuparon la plaza, portando sus cruces de madera, de todos tamaños y colores, sobre las cuales roció el agua bendita.
El sacerdote solicitó a los albañiles extremar precauciones en las obras para evitar accidentes que los pudieran lesionar, y aconsejó que hagan bien su trabajo. En esta fecha especial para el gremio, recomendó celebrar también con sus familias.
Los trabajadores de la construcción comenzaron a congregarse alrededor de las 6:30 de la mañana en el Jardín El Cantador y partieron en procesión hacia la Basílica media hora después encabezados por un "cohetero" y la banda de guerra, posteriormente, más atrás, una banda de Viento interpretó las "mañanitas".
El maestro albañil, Jesús Tovar Hernández, "maestro Chuy" para los amigos, asegura que llevar la Cruz a la iglesia y de ahí a la obra “es como llevar una bendición para los patrones y para la obra”.
Tovar, quien cuenta con más de 17 años de experiencia haciendo casas, locales, modificaciones "o lo que los patrones pidan", confiesa que cuando empezó en este oficio no llevaba la Cruz, pero luego comprendió que darle a Dios su lugar en el sitio de trabajo, mediante el gesto de llevarla a bendecir y ponerla en la obra “como que produce más trabajo; es una bendición para tu patrón y para ti y tu familia: te rinde más el dinero y es mucho mejor”, refirió.
Agregó que es un día de fiesta especial porque los patrones les preguntan qué comida les gusta más y eso les preparan, por lo general les llevan “carnitas, unas cocas y unas cervezas para convivir con nosotros”.
Finalmente, reconoció que en este oficio hay de todo, maestros albañiles que son muy buenos en el arte de pegar ladrillos y hacer cálculos "para las trabes y los castillos si van a hacer más de un piso y los que de plano nomás estafan a los clientes".
