El anuncio del Presidente Andrés Manuel López Obrador para recuperar los restos de los 65 mineros fallecidos en la Mina 8 de Pasta de Conchos, ha generado múltiples reacciones, algunas a favor otras en contra.
De acuerdo al Rafael Argüello Astorga, director general del Instituto de Ciencia y Medicina Genómica en Torreón aún y que se localicen restos, , el grado de calcinación, dificultará la lectura.
“Hay varias hipótesis sobre las condiciones en que estuvieron expuestos los trabajadores. Una es que sí haya habido explosión y por ende el aumento en la temperatura y lo que uno esperaría sería encontrar cuerpos calcinados. En este caso con respecto al ADN a esas temperaturas se degrada y destruye y no se puede procesar".
Explicó que a esa temperatura (600 grados), el cuerpo se “desnaturaliza".
Una forma es que el ADN está hecho de compuestos químicos que a esa temperatura se despegan, es como tener letras en un orden para identificarlas y en esos casos se pulveriza y es imposible poder revertir el orden original en el que estaban organizadas.
Detalló que el ADN está construido por una especie de ladrillos que son los nucleótidos y van en un orden, pero al llegar a esa temperatura, los nucleótidos persisten pero es imposible saber el orden en el que estaban.
Desde la perspectiva de muestras forenses quedan las piezas dentales, dientes o muelas que pueden resistir la temperatura, aunque hay que seguir ciertos protocolos para su análisis y evitar su fragmentación, tanto prótesis fijas o removibles pueden ser utilizadas para su identificación, incluso amalgamas o piezas de cerámica, son muy resistentes a las altas temperaturas.
En la otra posibilidad, en que los trabajadores haya muerto no por la temperatura sino por los derrumbes o por la explosión, donde la onda de choque y el incendio terminó con el oxígeno. La explosión por sí misma fragmenta pero no destruye el ADN y se pueden obtener muestras de alguna extremidad.
La otra opción es que los trabajadores hayan sido sepultados por los derrumbes y en ese caso la descomposición del cuerpo es “la normal”, que por muchos años se hacía de sepultar a la gente.
“En este caso el ADN permanece por cientos de años, tal es el caso del Neandertal de hace 40 mil años, que se ha podido analizar el ADN al ser protegido por el hueso o dientes y se ha logrado obtener su genoma por la forma en que quedó sepultado”.
Por lo que de ser el caso sería sencillo analizar el ADN comparativo sería sencillo. En el caso de los restos en Pasta de Conchos, “la única forma es hacer el intento, no se puede saber a priori si se pueda obtener un buen resultado”.
Detalló que localmente el Instituto de Ciencia y Medicina Genómica ha realizado muestras de ADN de cuerpos con 80 años de antigüedad, a petición de personas que tienen duda que son sus familiares quienes están sepultados en el panteón, sean abuelos o tatarabuelos y la calidad del ADN es óptimo.
Para realizar la comparación de ADN, se debe contar con muestras de sangre de algún familiar para determinar si tienen o no parentesco.
A 13 años, es poco tiempo y el ADN está en buenas condiciones para poderse comparar con hermanos, hijos para establecer parentescos y determinar si los restos pertenecen a cierta persona.
En general los huesos más grandes son los que protegen más, como la pelvis y el fémur y se puede localizar ADN a mayor profundidad, así como las piezas dentales como las muelas.