Uno a uno los videos fueron llegando a las redes sociales. Miles de creyentes en plazas públicas, en templos, en las calles, en auditorios, grabaron un saludo de felicitación para el apóstol de Jesucristo, hermano Naasón Joaquín García. Los fieles de La Luz del Mundo están desbordados de alegría por los 50 años de vida del apóstol que dirige ahora los destinos de la Iglesia. Y no hallan cómo demostrarlo.
Siempre ha sido imposible describir con palabras lo que el alma siente. Y esta ocasión no es la excepción. ¿Cómo explicar que el corazón brinca, tiembla y hace estremecer todo nuestro ser cuando pensamos en el día que naciera un auténtico apóstol de Jesucristo? ¿Cómo transmitir o describir esa sensación que únicamente es compartida por los creyentes de la Iglesia La Luz del Mundo? ¿Qué palabras, por muy hermosas y extraordinarias, podríamos incorporar en frases que ejemplifiquen el amor que la Iglesia siente por el apóstol de Jesucristo?
En el ejercicio racional, la fe encuentra razones que la razón no entiende. Y entonces el pensamiento y el reconocimiento son siempre hacia el Creador de todas las cosas. Con profunda convicción y distinción, el creyente de la Iglesia La Luz del Mundo reconoce que el amor y respeto que sienten por el apóstol de Jesucristo tiene su origen en Dios y en su plan divino. Al hacerlo, saben que las horas de trabajo, las que han sido de desvelo, los esfuerzos, las reuniones, los miles de kilómetros recorridos, las estrategias globales, las misiones, el envío de jóvenes misioneros, las estrategias de evangelización y miles de acciones más que el apóstol de Jesucristo ha realizado, se convierten en razones para agradecer a Dios por su vida, por su esfuerzo, por ser el consuelo del que destrozado se encontraba.
Así que, con estas reflexiones, la fe encuentra esas razones que se necesitan todos los días para agradecer a Dios siempre, por todo de lo que se es consciente y por aquello que incluso desconocemos. Porque Dios actúa de manera poco convencional –por decirlo de alguna manera- y por eso, porque es Dios el que mueve y dirige al apóstol de Jesucristo, y el que mueve e inspira el corazón de los creyentes, el apóstol y su Iglesia están fundidos en un mismo amor, en un mismo sentir. Se saben mutuamente amados, queridos. Se saben protegidos. Se saben plenamente felices y, por eso, lo demuestran en esos miles de videos que circulan en redes sociales, en su viaje a la ciudad de Guadalajara estos días, en sus esfuerzos por ser mejores cristianos y mejores ciudadanos. Para ellos –para el apóstol y su Iglesia- el tiempo es el correcto, es el adecuado, es el preciso para vivir al máximo su fe en Dios. Para ellos solo hay presente, maravilloso presente, lleno de felicidad, de amor, de prosperidad, de grandeza. Para ellos, hoy es el tiempo de La Luz del Mundo y del apóstol que dirige sus destinos. Sí, feliz jubileo de vida. Felices cincuenta años.
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