Los «millennials» y todos sus problemas salen a escena, y lo hacen en el teatro El Montacargas representando «El tarrito de arroz amarillo», obra escrita por las cuatro actrices que forman la joven «Compañía Giocana», Nire Benito, Carmen G. del Rosal, Car Salmerón y Ana Tello, y bajo la dirección de Inma Gamarra.
El origen de esta aventura surge de una escuela de teatro en Madrid. Como cuenta Car Salmerón, «somos cuatro chicas de la “generación millennial” y “generación Z” que nos conocimos en una escuela de interpretación y, una vez formadas, viendo que se nos hacía cuesta arriba empezar en el mundo profesional, escribimos una obra de teatro sobre nuestras frustraciones, que creemos que son las de todos los jóvenes: la precariedad».
Así, la obra trata, desde el registro del humor y la ironía, la situación a la que se enfrentan las nuevas generaciones. «Sentimos que desde la comedia se puede contar mucho más», apunta Salmerón, y aclara que «es un poco nuestra historia, que sin ser autobiográfica, llega a todos porque es una realidad. Aunque es para todos los públicos, el joven es el que más se ve reflejado».
El argumento parte de la relación de tres amigas. Elena, que estudia el doctorado y trabaja en un Escape Room. Comparte piso con Lola, quien trabaja en una tienda pero su sueño es ser artista y con Dulce, amiga de Lola que lleva un par de meses ocupando el sofá, convirtiéndose en la «amiga okupa». A este trío se une Almudena, la vecina de la casa de al lado, que tiene un buen trabajo en el mundo financiero, pero está un poco frustrada porque ve que el dinero le ha dado oportunidades pero no la felicidad que ella esperaba obtener. Un día Almudena, harta de la basura que dejan las tres amigas en la puerta de su casa, decide tirarla por el salón de las chicas. Al volcar la basura aparece el famoso tarrito de arroz amarillo, que, escondido por un millonario, da 100.000 euros a quién lo ha encontrado. Este hallazgo y la discusión de quién lo ha encontrado y quien debe llevarse el premio lleva a poner de manifiesto todos los problemas que el dinero puede destapar: frustraciones, amistad, necesidades económicas...
Por fortuna, tienen otras dos comedias ya terminadas y listas para ser interpretadas, aunque esperan concretar representaciones de «El tarrito de arroz amarillo» en festejos de los pueblos.
