Pese a que los números generales digan que LaLiga ha sido un paseo para el Barcelona, la letra pequeña indica que ha sido un título muy trabajado. LaLiga siempre lo es, porque es el esfuerzo de todo el año, jornada a jornada, sumando contra equipos que se encierran, contra otros que te presionan arriba, en campos pequeños, grandes, con calor, frío... Por eso Valverde quiere poner en valor lo conseguido. «Es verdad que cuando el campeonato lo llevas justo y lo peleas hasta el final o lo ganas por sorpresa parece que da más alegría y cuando vas sobrado parece que sea lo previsible. En este caso, convertir un título en algo previsible es una gran victoria», insistió el técnico días antes de proclamarse campeón. «Pero tiene mucho valor», ha repetido una y otra vez.
Con y sin Messi
Nadie ha podido seguir el paso del equipo sólido que ha montado el «Txingurri», con un Real Madrid desconcertante desde el comienzo y un Atlético de Madrid que ha ido a tirones y al que las lesiones le han machacado durante todo el curso. La brillantez la ha puesto Messi, como siempre, porque al argentino no se le recuerda una temporada mala. Uno de los puntos culminantes fue cuando lo aplaudió la afición visitante, la del Betis, después de una de sus exhibición. El «10» influye en el juego y en los goles, suele estar cuando se le necesita y en la zona del campo que más daño haga, por mucho que su punto de partida sea la derecha, pero en el tramo de la temporada en el que faltó por una lesión en el codo, el resto de la plantilla dio un paso adelante para superar compromisos como los del Sevilla o el Real Madrid en el Camp Nou o el doble duelo de la Champions contra el Inter de Milán.
El grupo ha ido creciendo
La clave para aguantar el ritmo ha sido el grupo, o la mezcla de éste con Leo. Ter Stegen ha dado puntos con sus paradas, como sucedió por ejemplo ante el Athletic en San Mamés; Piqué ha sido un pilar y un líder, y ha encontrado en Lenglet a un gran socio, Alba y Sergi Roberto o Semedo han hecho daño desde los costados, Busquets y Rakitic corren por todos, juegan y hacen el trabajo sucio, y Arthur, aunque se le está haciendo algo larga la temporada, pone el toque. Luis Suárez es el ansia por ganar, y la pelea entre Dembélé, y sus goles decisivo,s y Coutinho por un puesto ha ido sumando, pese a las dudas alrededor del brasileño y las lesiones que hasta ahora acompañan al francés. Arturo Vidal desde el banquillo ha encontrado su sitio, como Aleñá en los últimos partidos, o Malcom y su esfuerzo para contar después de ser invisible... El borrón quizá ha sido la poca aportación de los fichajes de invierno, Boateng, Murillo y Todibo.
El acelerón, ocho victorias seguidas
Con todo eso el Barcelona ha ganado una nueva Liga (y son ocho de las últimas once) en la que empezó mal, despistado, con empates en casa contra el Girona o el Athletic o las derrotas contra el Betis y el Leganés, las únicas en todo el curso. La clave estuvo en las ocho jornadas seguidas entre diciembre y enero (de la 14 a la 21). En esa época llega la Copa y Valverde rotó, sobre todo en los partidos de ida de la competición del «KO». Ese estirón le disparó y después con las victorias en el Bernabéu y ante el Atlético en casa despidió a sus perseguidores antes de tiempo.
Remontadas
Es amplia la ventaja, pero el Barcelona ha tenido que saber sobrevivir muchas veces, ya que casi una de cada tres victorias (8 de 25) han sido por la mínima. Además, trece veces ha ido perdiendo en el campeonato y sólo en dos de ellas lo terminó haciendo (2-1 ante el Leganés, en un duelo que empezó ganando; y 3-4 ante el Betis, después de empezar 0-3). Seis de esos choques acabaron en empate (Villarreal, de 4-2 a 4-4; Valencia, de 0-2 al 2-2 y de 1-0 a 1-1; Atlético, de 1-0 a 1-1; Athletic, de 0-1 a 1-1; y Girona, de 1-2 a 2-2). Y en cinco dio la vuelta al resultado (Rayo, de 0-1 a 3-1 y de 2-1 a 2-3; Sevilla, de 1-0 y 2-1 a 2-4; Real Sociedad, de 1-0 a 1-2 y Huesca de 0-1 a 8-2).
Máximo goleador y los goles, al final
El Barça es el máximo goleador del campeonato por mucho, pero no el que menos goles ha encajado, seguramente porque empezó el curso con cierta falta de solidez. Pero lo ha terminado como una roca, mostrándose como un equipo al que es difícil batir. Ha sabido ser defensivo y ha ganado muchos partidos por maduración: el tramo de los encuentros en los que más goles marca es en los últimos 15 minutos (25 goles de los 85 totales). Del 60 al 75 han sido 17 tantos, del 45 al 60, 10 dianas; del 30 al 45, 13; del 15 al 30, 13 y del 0 al 15, 8.
