Buena parte de las 9.000 religiosas combinan la vida contemplativa con los negocios
Puede existir mayor pesadilla para un grupo de autónomos que la de tener que cotizar 40.000 euros mensuales a la Seguridad Social y carecer de ingresos fijos? A esta encrucijada se enfrentan más de 200 monjas de clausura de la orden Iesu Communio. Y aunque, como dicen desde su convento en Godella (Valencia), “se encomiendan a la providencia”, reconocen que una mayor vinculación al mundo empresarial les permitiría, además, sostener unos recintos que reclaman constantes inversiones.