La sombra de Andalucía es alargada. Sin la luz de las encuestas pero con los susurros que llegan desde los estudios demoscópicos, el PSOE afronta las últimas horas de campaña sin referencias clara. Reconociendo en privado que con Vox «puede pasar cualquier cosa». Y con el fantasma de lo sucedido el 2 de diciembre en Andalucía.
Fuentes de Moncloa todavía descartaban ayer que la resolución en la indecisión en la derecha pueda provocar un vuelco de última hora. Eso sí, admiten incertidumbre. Nadie da nada por hecho. Tras los debates se reconoce que han pasado cosas en la última semana que pueden ser nucleares desde el punto de vista de la movilización. Se da por hecho que uno de los partidos a la derecha del PSOE «repuntará en la recta final».
En Moncloa se reconoce que Pablo Iglesias pudo hacer un buen debate desde el punto de vista de los indecisos. Por eso Pedro Sánchez se ve obligado a redoblar el llamamiento al voto útil. «O concentramos todo el voto o igual el 29 nos llevamos las manos a la cabeza», señaló ayer el candidato presidente. La idea es simple: todo el que «rechace al trío de Colón» tiene que votar al PSOE. Sánchez insiste por eso en no querer hablar de un Gobierno en coalición con Podemos. Para no trasladar la idea de que da igual votar a uno u otro. Y ayer trató de frenar posibles fugas de indecisos a Podemos prometiendo «gobernar con valores de izquierda». Sánchez apurará hoy las últimas horas para pedir movilización con actos en Toledo, Madrid y Valencia, donde cerrará formalmente la campaña.