La imprecisión mostrada por ACS sobre su intención de sacar a bolsa su negocio de renovables en el encuentro con inversores y analistas de este miércoles impide que el mercado cuente con una valoración certera de esta filial, en la que ha reunido sus activos "fotovoltaicos, eólicos, termosolares y otros sostenibles", según explicó, y a la que ha denominado Zero-E. Ni siquiera es firme que pretenda realizar una oferta pública de venta (OPV) de hasta 49% de este vehículo, ya que, en el mismo evento, el grupo no descartó una colocación a inversores cualificados. Ante esta tesitura, las acciones de ACS apenas repuntan un 2% desde que el 11 de abril Bloomberg adelantó que estaba estudiando esta operación, obligando a la compañía a confirmarlo oficialmente unos días después.