La Policía francesa encontró al menos siete colillas de cigarrillos en los andamos instalados en la catedral de Notre Dame, específicamente en la zona en donde habría iniciado el fuego, según reportan distintos medios internacionales. Algunos de los obreros que laboraron en la renovación de la famosa aguja del templo reconocieron ante los investigadores haber fumado a pesar de […]
La Policía francesa encontró al menos siete colillas de cigarrillos en los andamos instalados en la catedral de Notre Dame, específicamente en la zona en donde habría iniciado el fuego, según reportan distintos medios internacionales.
Algunos de los obreros que laboraron en la renovación de la famosa aguja del templo reconocieron ante los investigadores haber fumado a pesar de que las regulaciones de seguridad lo prohibía, de acuerdo al semanario francés Le Canard Enchaîné.
Sin embargo, los investigadores siguen centrados en la hipótesis primordial que sostiene que el incendio podría haberse generado más bien por un corto circuito y no por las colillas.
Le Canard señala que se han encontrado diversas irregularidades en la instalación eléctrica, particularmente en un cableado eléctrico que alimentaba un sistema mecánico de campanas que se encontraba en la aguja y otro bajo la misma, y que recorría todo el envigado de madera de la catedral.
Este sistema fue instalado en 2012 provisionalmente a petición de los clérigos encargados de la catedral, durante las primeras etapas de las obras de renovación de los campanarios principales, y tenían como objetivo electrificar esas campanas pero luego debería ser sustituido por un sistema completo y que cumpliera con todas las normas de seguridad.
Según el medio, esa sustitución nunca sucedió y seguía utilizándose en la actualidad; sobre él se instaló el andamiaje para la restauración de la aguja.
Los investigadores han determinado que las campanas de la aguja sonaron el día del incendio a las 18:04 hora local (16:04 GMT) para llamar a la misa próxima. Doce minutos después de eso se activó la primera alerta de detección de humo en el puesto de seguridad de la catedral y otros cinco después sonó la primera alarma de incendio.
El sistema anti incendios, explica el semanario, estaba diseñado para apagar el inicio de un fuego, pero cuando este lo detectó ya era demasiado tarde y fue imposible de controlar.