Rafael Nadal ya está en cuartos después de superar un encuentro con Grigor Dimitrov con algo más de dificutad, por el rival y por los errores propios. Sin embargo, terminó con la misma contundencia que en su estreno en Montecarlo.
El doble 6-1 a Roberto Bautista casi parecía irreal de tan perfecto. Después de un mes fuera de las pistas y sin saber si la rodilla aguantaría tan bien. Por eso, el choque con Dimitrov tuvo algo más de realidad. Nadal está más que listo para luchar por el título, pero hay todavía detalles por afinar. El saque, uno de ellos; el juego con el viento, otro.
Sin embargo, Nadal salió igual de arrollador hoy que ayer. Se ganó dos bolas de break en el segundo juego que el búlgaro levantó con alivio. Pero no tardó en conseguir un par de opciones más y convertir las oportunidades en certezas. Break y ventaja para ganar confianza en su juego. No obstante, el incómodo viento y algunos errores propios fruto de la falta de rodaje, impidieron al balear atropellar a su rival como lo hizo ante Bautista. Al menos, durante el primer set.
Aunque acumuló varias dobles faltas, mantuvo su saque y trató de hacer más daño al búlgaro al resto, pero se revolvió bien. Dimitrov, pendiente de esas dudas de nadal con su servicio, se trabajó dos opciones de rotura en el séptimo juego que convirtió para levantarse en el partido. Consolidó con su servicio para igualar la contienda. Pero Nadal se recuperó con ganas. Poco a poco comenzó a domar el viento que se hizo cada vez más presente en la pista central y aprovechó la inercia para elevar sus golpes hasta la línea de fondo, con un efecto que martilleó a Dimitrov. Un nuevo break le dio el primer set.
Y en el segundo, el búlgaro entró en una espiral de negatividad que le impidió siquiera plantar cara a un balear envalentonado, mucho más firme y con la misma rapidez de piernas y brazos que en su estreno ante Bautista. Enseguida rompió el saque a su rival y se fue hasta un 3-0 que convirtió en un 5-1 a golpe de efecto. Bolas altas que lamían la línea de fondo y que subían tanto como para que Dimitrov se desesperara al golpear al aire en una ocasión y varias veces con la caña. No tuvo más respuesta. Tampoco le dejó Nadal, que quiso asegurar la victoria por la vía rápida con otro buen puñado de golpes definitivos.
Aun con alguna duda más, Nadal mantiene firme su tenis para pelear por el título. El siguiente en su camino, Guido Pella.
