-¿Cómo toma la lamentable noticia del deceso del expresidente Alan García?
Es un hecho trágico, no solamente para la familia de Alan García, sino también para el partido y para el país porque quienes ha matado a Alan García son los que impulsaron durante años una campaña de calumnia, de insultos y de agravios incontenibles. Estimamos mil caratulas de diarios que le decían desde narcotraficante hasta asesino, pasando por ladrón.
-¿Cuál cree que fue el trasfondo de esto?
Es evidente que la situación que tenemos es extremadamente grave, pero en especial se buscaba enmarrocar a Alan García y exhibirlo con una casaca de detenido. Ante ese agravio que se ha hecho al partido, se ha procedido a la muerte. Me pregunto dónde está el presidente Martín Vizcarra y por qué no ha dicho ni una sola palabra ante todos estos hechos graves. Nadie pretende que interfiera en la administración de justicia, pero si -como jefe de Estado- ha podido llamar a una jornada de reflexión a los jueces y fiscales sobre temas de esta naturaleza, pero no lo ha hecho.
-¿Alan García ya tenía la idea del suicidio desde antes de la orden de detención preliminar?
No. Aparte de ser un intelectual, era un hombre muy alegre, muy gracioso, bromista, cantaba, bailaba, siempre tenía una mentalidad positiva. Yo supe que el martes dio su última clase en la Universidad San Martín y en esas clases él les invocaba a muchos a no odiar, porque eso no lleva a nada, y a defender la democracia. La última conversación que tuve con él en su casa es cuando ya se presentaban estas amenazas.
-¿Pidió asilo por eso?
Él se asila porque todos sabíamos que lo iban a detener, no había otro camino. Él me decía: cuánto odio, cuánta maldad, son capaces de todo, y es cierto, a Alan lo han ido matando poco a poco, como dándole pequeñas gotas de veneno para ver su destrucción. Me imagino que hoy día la señora Rosa María Palacios, Gorriti, Cateriano, IDL harán fiesta, lograron su objetivo, pero en el Apra no aceptaremos siquiera su pésame, y a nombre del Apra decimos que Alan García ha impulsado la unidad y fortalecimiento del partido. Fue un gran peruano y todos naturalmente estamos destrozados por esta noticia.
-¿Qué sucedió en la casa del exmandatario?
Llegaron a la casa de Alan un grupo de policías y un señor que no tenía siquiera la cinta de fiscal y cuando el policía que cuidaba su casa pidió que llamaran al abogado no lo permitió y le quitó el teléfono. Entró a la casa y cuando salió y le preguntó: “¿Qué querían?”, y el fiscal le dijo: “Baje usted, acá hay un papel para usted”. Obviamente él sabía que había llegado el momento que tenía que ser libre y tomó esa decisión en defensa del honor del partido y de su honor. Todas esas cosas han pasado y seguirán pasando hasta que se termine la política de la maldad y el espectáculo y todo esto es penoso que ocurra en el país.
-¿Por qué dice que no había otro camino?
Jorge del Castillo, Mauricio Mulder, Javier Velásquez y quien te habla nos reunimos de emergencia porque una persona cuyo nombre no diré nos convocó y cuando llegamos nos dijo: “Alan no debe venir”, y nosotros dijimos, pero ya está en vuelo. Y nos dijo que iban a ocurrir una serie de hechos que ya hemos visto. No se asiló en Uruguay por loco, se asiló porque sabía que lo iban a meter preso y fue el último recurso para evitarlo.
-¿Por qué querían verlo destruido?
Era una acción de maldad. Ojalá todo esto sirva de reflexión para que los peruanos no hagan del odio un sentir de su vida, el odio es tremendo, los liquida y esto es terrible.
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