Y si bien estos vaivenes literarios parecen irreconciliables por la distinta naturaleza de cada texto, no hay que perder de vista que al fin y al cabo todas “las historias surgieron de las vivencias y experiencias cotidianas”, y que “lo que pretende la lectura de estos cuentos es revivir en la mente del lector el recuerdo y las imágenes de esas vivencias, que forman parte de su idiosincrasia, de su cultura rica, de su historia, de sus desgracias, de sus triunfos”, comenta Castellar.