Observadores y 'mossos' chocan en su relato sobre la violencia que vivió Cataluña en vísperas del referéndum
No hay paz para las defensas. Ni siquiera cuando son ellas las que proponen a los testigos. La mañana del miércoles se abre con la visita de un jubilado alemán, llamado Bernhard von Grünberg, al que el abogado de Jordi Cuixart ha propuesto como testigo para que cuente otra vez, pero ahora en alemán, qué pasó en algunos colegios electorales el 1 de octubre. La cuestión es tediosa, no solo porque la historia ya la sabe todo el mundo o porque, al necesitarse intérprete, la declaración se hace eterna. También lo es porque el retrato que hace de sí mismo el supuesto observador internacional es el de un jubilado auténtico, salvo que en vez de irse a ver las obras del barrio o a Benidorm con el Imserso, decide viajar a Cataluña a sentir la adrenalina de la independencia. El tal Von Grünberg fue en el pasado parlamentario regional en Alemania y hasta dice que conoció a Willy Brandt, pero por lo demás es un jubilado animoso de 73 años que busca cuando puede una fotografía con Puigdemont.