El crimen de un neonazi en Madrid hace 12 años es exaltado por extremistas violentos extranjeros, como el terrorista de Nueva Zelanda, en un momento de creciente preocupación por la radicalización 'online'
Ocurrió bajo tierra. Un crimen a sangre fría. La puñalada inesperada de un soldado profesional a un chico antifascista de 16 años. Más de una década después, el nombre de quien blandía el puñal es objeto de culto por supremacistas blancos de todo el mundo. Como Brenton Tarrant, que antes de matar a 50 personas la semana pasada en dos mezquitas de Nueva Zelanda, había escrito con tinta blanca su nombre en el fusil: Josué Estébanez.