El partido fue un fiel reflejo de lo que se jugaba cada equipo. Un Real Madrid relajado, sin intensidad y mostrando apenas oposición en los minutos finales, fue sucumbido ante un Kirolbet Baskonia que salió con el cuchillo entre los dientes. Dominando el rebote, y sacando el característico coraje vitoriano en los minutos finales, cuando quemaba la pelota, dan respiro a un Kirolbet Baskonia que sueña con entrar en la siguiente fase de la Euroliga.