La unión de Lebrija y el Albaicín. La fusión de dos estilos que tienen un denominador común: el flamenco. Así es «Esencias», un espectáculo en el que Marina Heredia y Dorantes ponen lo mejor de ellos mismos, su autenticidad y su manera pura y sin artificios de entender el arte. El proyecto surgió de manera casual, cuando el pianista, en una actuación de su álbum «Sin muros» en Alicante, invitó a la granadina a intervenir en dos temas. Ahí nació una conexión que se tradujo en una constante colaboración entre ambos. Ahora, después tres años girando por diferentes escenarios europeos, «Esencias» toma forma de disco, incorporándose los sones de la banda de los Gitanos de Sevilla, con la que Dorantes ya había trabajado antes. Precisamente, el artista es el autor de los temas del espectáculo y ha realizado los arreglos de las composiciones de la banda.
«Desde el primer momento David y yo congeniamos muy bien. Nos compenetramos en el escenario, hay mucho cariño y admiración», asegura Heredia, además de reconocer que «no voy a trabajar, sino a disfrutar». Por su parte, Dorantes pone el acento en una serie de elementos, como «la reacción del público ante lo que hacemos, la comunicación entre Marina y yo, el montaje y lo que va pasando en el escenario». ¿Qué es «Esencias»? La granadina echa mano de las raíces para hablar del espectáculo. «Nuestras infancias han sido muy parecidas. Enseñamos esas raíces, esas esencias, aunque con nuestro prisma. Venimos de familias muy flamencas, gitanas, así que aportamos lo que traemos de casa». El pianista asegura que es «flamenco con mayúsculas». «Enseñamos nuestra experiencia y los aromas de cada uno, dos visiones distintas que generan un flamenco diferente, que al final es el mismo».
Seguiriyas, alegrías, tangos, bulerías, fandangos, nanas y granaínas van aflorando, fluyendo en la garganta y en las teclas. «Dorantes le ha sacado al piano un sonido muy flamenco, y también muy personal. Lo escuchas en cualquier sitio y, aunque no lo estés viendo, sabes que es él. Es un músico muy sensible. Me inspira rápido», señala Heredia. Dorantes, por su parte, deja claro que ambos artistas respetan el flamenco más puro, aunque en el espectáculo «también van surgiendo concepciones nuevas».
De todas formas, el escenario es muy diferente al estudio de grabación. «Siempre he dicho que a mí el estudio me enfría mucho. Lo que pasa es que esta vez lo hemos hecho al revés, es decir, hemos girado y ahora grabamos. Además lo hacemos en directo, repetimos las tomas enteras sin perder ese ambiente del directo», sostiene Heredia. Dorantes insiste en este punto. «Grabamos como se ha hecho toda la vida. La claqueta y el metrónomo se eliminan totalmente. Estos elementos le quitan dimensión a la música. Además, se genera una convivencia muy bonita entre los músicos».
En el año 2012 Dorantes le dedicó a Nuestro Padre Jesús de la Salud, de la hermandad de Los Gitanos de Sevilla, la marcha «Errante». Sus sones flamencos casan a la perfección con el artista, tanto que la agrupación participa en la grabación del disco «Esencias». «La filosofía de este espectáculo es que el pueblo lo haga suyo, y una representación del pueblo es una banda de música, que toca en las calles y sus sones se expanden por las esquinas, por las paredes y rebota en las fachadas», explica Dorantes, así que la agrupación aporta «un timbre y un concepto diferente». Su experiencia como compositor cofrade no pudo ser más positiva. «Fui a un sitio concreto en la Madrugada y ahí tocaron mi marcha. La impresión fue muy buena. Era la primera vez que escuchaba una composición mía en la calle y sin tocarla yo. Quedó precioso».
«Esencias» irá el próximo día 23 al teatro Infanta Leonor de Jaén y en julio estará en los festivales «Guadix clásica» y el de guitarra dedicado a Paco de Lucía en Algeciras. Sin embargo, una cita especial será el 25 de mayo en el teatro de la Maestranza de Sevilla. Heredia espera que ese día «nos lo pasemos igual de bien que nos lo hemos pasado años atrás en los escenarios. Confío en que tengamos una noche bonita de arte». Dorantes espera «transmitir» y que el concierto sea una cita «inolvidable».
