Hace años cuando se intensificó la presencia de elementos de las Fuerzas Armadas en el estado de Nuevo León, se volvieron comunes las narco manifestaciones y los narco bloqueos, que se convirtieron en la herramienta favorita de los delincuentes para distraer la acción de la justicia sobre ellos o tratar de evitar la presencia de la autoridad en su zona de influencia.
A finales de la primera década del presente siglo el estado del noreste del país era disputado por varios grupos criminales entre ellos los cárteles del Golfo, Sinaloa, Los Zetas, Los Beltrán Leyva y hasta La Familia Michoacana. El grupo que logró mayor presencia en Nuevo León específicamente en el área metropolitana de Monterrey fue el de los Zetas que fue uno de los primeros en organizar este tipo de manifestaciones para lo cual recurrían a las clases sociales más bajas a quienes con promesa de dádiva les obligaban a manifestarse.
Recuerdo claramente que durante un cateo en el 2009 llevado a cabo en la colonia Laderas del Mirador en Monterrey fue detenido un sujeto de nombre Juan Antonio Beltrán encargado de operar las manifestaciones y bloqueos a avenidas principales donde los “manifestantes” repudiaban la presencia del ejército por violaciones a los derechos humanos.
La sorpresa que se llevaron los agentes que realizaron el cateo es que en el lugar encontraron además de armas largas, unas 70 mochilas con útiles escolares, mismas que eran ofrecidas como pago por participar en estas manifestaciones orquestadas por criminales, a algunos también les pagaban 500 pesos por acudir, y otros 500 por cada persona que llevaran a los bloqueos.
Lo mismo pasaba en Santa Rosa de Lima, solo que aquí cambia de nombre la responsable y es una mujer la que según las autoridades revelaron a MILENIO la que se encargaba de organizar las manifestaciones, dicen que no hay nada nuevo bajo el sol, ni la pobreza que no justifica el cometer delitos, ni los delincuentes que usan como carne de cañón a mujeres y niños para escudarse de la acción de la autoridad. Como esto, lamentablemente pocas cosas han cambiado en el país.
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