Hoy esa es la gran pregunta, como en muchos otros frentes, sumado a la cantidad de combustible que dejó de importar y por consiguiente de vender Petróleos Mexicanos, están los más de 20 mil millones de pesos en pérdidas que reporta Concamin a nivel nacional, agregue las horas hombre perdidas en las interminables filas para conseguir combustible que también forman parte de la pérdida tras el desabasto de combustible.
Siendo honestos más que un desabasto creo que esto fue un racionamiento del hidrocarburo, pero dejando de lado la terminología, lo que hoy es cierto es que no se ve claro el famoso combate al huachicoleo y a la corrupción en Pemex. A menos que hoy el Presidente de México salga a dar el anuncio de la caída de los grandes orquestadores al saqueo de la paraestatal, los grandes perdedores de todo esto somos la mayoría.
Hasta en tanto no veamos tras las rejas a los cabecillas de este monumental robo a la nación, pues así parece que fue lo que he llamado una verdadera violación tumultuaria a Pemex, en el raciocinio de las mayorías estará que todo esto fue un sainete digno de las mejores carpas teatrales, pues si en aras de combatir a los delincuentes hay que sacrificar algo está bien, pero sin resultados claros y tangibles la verdad creo que poco valdrá la pena.
Y esta situación es peligrosa pues el gobierno cualquiera que este sea su nivel si ofrece altas expectativas sobre una acción, pues al decepcionar a los ciudadanos terminará por no contar con el apoyo de quienes confiaron. En verdad no pierdo la esperanza de ver que quienes se encargaron de acabarse a Pemex vean que la justicia les alcance y paguen por lo que hicieron, sin embargo la información no pasa de ser dichos y declaraciones que carecen de pruebas fehacientes de lo que está sucediendo.
Espero que en aras de cumplir no se corte el hilo por lo más delgado y a la hora de la hora solo tengamos chivos expiatorios, lo cual dará también al traste con la figura de la recién creada Fiscalía General de la República, que tiene ante sí, entre muchos de los retos, la imperiosa necesidad de recuperar la credibilidad de los mexicanos, pues su autoridad está en entredicho dados los magros resultados en el combate a la delincuencia.
El voto de confianza está en juego y una mala pasada con todo este circo que nos hicieron vivir puede ser el detonante del enojo social. Los remedios para algunas enfermedades duelen pero ese dolor se ve justificado cuando se sana la enfermedad.
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