El Valencia empezó como Milans, sacando los tanques en febrero. Impresionante despliegue ofensivo en tres minutos, dos remates peligrosos de Parejo, especialmente el segundo, y dos valiosísimas intervenciones de Ter Stegen, también especialmente la segunda. Sin solución de continuidad, un palo de Cheryshev. Messi hacía lo suyo, pero creaba más sensación de peligro que peligro real, pero de todos modos su tirón le sirvió Barça para reaccionar y tomar el control de su juego, tras los cinco minutos iniciales en que había sido atropellado.
En el minuto 9, el Barcelona pidió un penalti por manos de Gabriel Paulista que el VAR -Gil Manzano- acertadamente denegó. Y a pesar de que poco a poco los de Valverde se fueron asentando en el terreno de juego y sus ataques iban siendo cada vez más incisivos y parecían anunciar que un gol llegaría pronto, efectivamente el gol llegó pero fue del Valencia. Transición veloz de Rodrigo y disparo cruzado de Gameiro. El partido estaba igualado pero el Barça no tenía las ideas claras. Juego desordenado, impreciso, faltaba finura. Y lo que iba mal fue peor en el minuto 30 cuando Undiano pitó un penalti por falta de Sergi Roberto sobre Wass. Parejo lo concretó -fue el primer penalti pitado contra el Barça esta temporada que acaba en gol- y la sensación era que los de Valverde no tenían ni fuerza ni ideas para remontar. Gameiro se tuvo que retirar, mareado, por un choque de cabezas con Piqué. El catalán pudo continuar pero tuvieron que graparle la cabeza. Eficaz el Valencia, desorientado el Barça entre la gesta del Sevilla y el Madrid que espera el miércoles.
Pero en el 37, un claro penalti de Lato sobre Semedo, transformado por Messi, metió al Barcelona en el partido. Absurdo error de la defensa valencianista mucho más que mérito azulgrana, pero igualmente animó a los locales a creer en lo que hacía un par de minutos no creían y Sergi Roberto chutó al palo en el 42.
Jordi Alba tras el descanso entró por Semedo y Messi casi marca de un soberbio disparo que rechazó Neto. Buena recuperación de Aleñá, y renovado espíritu de victoria de los de Valverde. Alba daba amplitud al ataque de su equipo y el Barça asediaba sin tregua al por otra parte excelente guardameta del Valencia. En sólo 4 minutos, la conexión entre Messi y Alba había cambiado totalmente al Barcelona, que recuperaba balones, encerraba al contrario y masticaba las jugadas a la espera de encontrar los espacios. En los primeros 7 minutos, los de Valverde tuvieron el 85 por ciento de posesión y el partido se jugaba un 87 por ciento en el campo visitante. Con amplitud y profundidad -muy bien Aleñá, muy valiente- el Barça cocía al chup-chup el empate. Admirable ejercicio de paciencia azulgrana, buscando ls brecha para filtrar su ataque. Admirable pero tal vez demasiado lento para sorprender a la férrea defensa de los de Marcelino. Muy bien Parejo. Contra él no podía ni Messi.
En el 62, Rodrigo tuvo el 1 a 3. Clarísima ocasión. Pero quien marcó fue el de siempre, y como siempre. Gran disparo de Messi para el empate. Se la comió Neto porque no vio el balón. Se inventó el gol argentino, que no tenía línea de gol y se la creó él mismo con una magnífica parábola. En el 65, Aleñá -sobresaliente partido- fue sustituido por Arthur. El Valencia, tocado pero no hundido, buscaba aprovecharse de la presión todavía muy alta del Barça.
El Camp Nou quedó en silencio cuando Messi salió del terreno de juego doliéndose del cuádriceps. Le dieron un intenso masaje y volvió a entrar. Pero a pesar de su voluntad de jugar y de aportar, se veía que no estaba en condiciones y su equipo ya no era el vendaval que había traído el empate, pero a pesar de ello Valverde gastó el tercer cambio sustituyendo a Coutinho por Malcolm.
Incomprensiblemente sólo se añadieron 2 minutos y el Barça no tuvo tiempo, ni Messi, para más.
