Llego a la Facultad de Comunicación (FCOM) con la cabeza llena de líos. Tengo el “no me importa nada más que mis problemas” de guardia pero… aquí nadie habla de pruebas, de prácticas, de clases o de tesis. Todos. Alumnos, profesores, vecinos, familiares y amigos llegan hasta aquí para dejar algo: ropa, comida, juguetes, agua, íntimas, sábanas.