El número de muertos por la explosión de un ducto de gasolina en el estado mexicano de Hidalgo mientras era saqueado por pobladores se elevó a 115 tras confirmarse la muerte de un herido, informó este lunes el gobierno mexicano.
Quedan hospitalizados "32 heridos, la mitad de ellos tienen que pasar terapia intensiva", dijo Jorge Alcocer, secretario de Salud, en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
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Explicó que en las últimas 48 horas sólo se ha registrado un deceso, luego de que el viernes sumaron cinco.
La tarde del 18 de enero, un ducto cercano a la comunidad de Tlahuelilpan fue perforado por criminales, lo que atrajo a unos 700 pobladores, incluidas familias enteras, que llenaban baldes y bidones de combustible cuando ocurrió la explosión.
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Este percance, que está bajo investigación, ocurrió en momentos en que el gobierno impulsa una estrategia nacional para acabar con el robo de combustible, que provocó desabastecimiento en algunos puntos del país.
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El "huachicol" -como se conoce en México al combustible robado- cuesta en promedio la mitad del precio de las gasolinas en el mercado. Se estima que este delito deja pérdidas anuales por unos 3.000 millones de dólares.