La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a cuatro años de cárcel y a pagar una multa de seis millones de euros a José Ramón Prado Bugallo, «Sito Miñanco», como autor de un delito de blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas. Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, el tribunal ha impuesto la misma pena de prisión y multa a la primera esposa de Miñanco, a una de sus hijas, a su excuñada y a un empresario. Además, ha acordado la clausura definitiva de la entidad Inmobiliaria San Saturnino S.L., a la que considera «el eje alrededor del cual todos los acusados llevaron a cabo el delito de blanqueo de capitales», y ha decretado el comiso de la totalidad de bienes adquiridos con dinero procedente del narcotráfico.
Los magistrados consideran acreditado en la sentencia que «sin distinciones entre ellos», todos los acusados «participaron activamente de forma fundamental en el conjunto de actos a través de los que pretendían lavar el dinero procedente del narcotráfico». La Audiencia destaca a la hora de fijar la pena «el volumen de dinero blanqueado», así como los «negocios que levantaron, que sostuvieron y que aún tienen» y la cantidad de sociedades que formaron «para ocultar o, cuanto menos, maquillar, la procedencia del dinero».
El fallo señala que el conocimiento que tenían los sospechosos de la procedencia delictiva del dinero se deduce «de una forma bien fácil del notorio y desproporcionado incremento patrimonial que con sus demostrados ingresos legales y ordinarios, no pudieron justificar». El «origen del dinero», según la sentencia, solo se explica «por la relación de todos ellos con las actividades delictivas, sobre todo, del acusado Prado Bugallo».
Los jueces subrayan que los ingresos lícitos de los imputados «no les daban para manejar tan ingentes cantidades de dinero». Durante el juicio, Miñanco alegó que el origen de sus recursos económicos no era el tráfico de drogas sino una tabaquera holandesa que había adquirido, según él, de manera legal y, posteriormente, con la importación de ropa a España.