Egresada de la Licenciatura en Lengua Inglesa en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Tatiana Clouthier vive también su cuarta transformación en el plano personal. Baila salsa y reguetón, canta a Silvio Rodríguez y descubrió hace muchos años que la felicidad es una elección, no un destino.
Diputada federal por Morena, dice que llegó a la política por accidente, pues de niña quería ser aeromoza y luego dirección deportiva.
Sobre los defectos y cualidades que tiene como ser humano y aun como figura pública, esta mujer sinaloense no se complica: “Las cualidades se ven como defectos, según quien las juzgue, pero me gusta ser directa en mis opiniones, trabajadora y congruente”.
Clouthier tomó relevancia nacional el año pasado por coordinar la campaña de López Obrador y por su estilo para conducirla. Luego del triunfo del tabasqueño, renunció al cargo de subsecretaria que estaba destinado para ella en Gobernación.
Ahora, desde la Cámara de Diputados, realiza un ejercicio pleno de esa congruencia y cuestiona incluso las propuestas del Presidente. El ejemplo más claro es su postura sobre la Guardia Nacional: “Yo sí voy claramente por un mando civil, no por un militar”.
¿Cómo vive la cuarta transformación en el ámbito personal?
Tiene que ver con la manera de asumir como compromiso propio el beneficio colectivo. Esa es la invitación que nos ha hecho el Presidente.
Si la congruencia fuera la habitación de una casa, ¿cuál elegiría?
La habitación principal.
¿Recuerda su primer empleo?
Sí, fue de chiquita, a los 10 años: vendía medias y pantimedias junto a mi hermana Rebeca.
¿Cómo comienza su día?
Los martes y jueves estoy en Ciudad de México; me levanto antes de las siete de la mañana, salgo a caminar y luego voy a la Cámara de Diputados. Los miércoles atiendo las reuniones de mi agenda o las sesiones de las comisiones legislativas, y normalmente me voy a dormir a las 12 de la noche.
¿Por qué eligió como profesión la política?
Si me hubieran mostrado una bola de cristal en la que apareciera que me iba a dedicar a esto hubiera dicho que no, pero así fueron las circunstancias; no fue premeditado. Mi primer empleo en la administración pública lo tuve en 1988, con Mauricio Fernández, quien me invitó a trabajar con él en el municipio de San Pedro Garza, Nuevo León.
¿Es feminista?
¿Qué es ser feminista? Soy una mujer comprometida, que busca la igualdad, la justicia y mejores condiciones para que las mujeres podamos tener una vida mejor. Si eso es ser feminista, lo soy.
¿Cuál era su sueño de niña?
Quería ser aeromoza. Luego, antes de escoger carrera, mi sueño fue estudiar dirección deportiva.
Cómo mamá, ¿regaña o consiente?
Esa respuesta se la dejo a mis hijos.
¿Algún consejo para los inexpertos en el amor?
¡No, no, no, imagínese! ¿Ahora me van a convertir en Walter Mercado para dar consejos de amor? No soy experta en el amor.
¿Pero hay algo para que el amor perdure?
Decisión. Amar es una decisión.
¿Qué le molesta de las personas?
Lo que nos molesta de los demás normalmente es un reflejo de lo que nos molesta de uno mismo. Entonces, he aprendido a no ver qué me molesta de los demás, sino ver qué tengo de eso para corregirlo.
¿Qué le gusta bailar?
Salsa y reguetón. Me gusta la música que hace moverte.
¿Qué género musical le gusta?
Me gusta muchísimo la trova.
¿Le gusta Silvio Rodríguez?
Sí, bastante.
¿Tiene una película favorita?
Los puentes de Madison.
¿Algún platillo favorito?
Quesadillas de marlín con tortilla de maíz.
¿Es buena para la cocina?
Mis hijos me dicen que a veces lo hago bien y otras no tanto. Lo que no les gusta es que les revuelvo mucho la comida, porque no me gusta tirarla.
¿Qué la hace feliz?
Ser feliz es una elección. Agradezco todos los días lo que tengo porque puede apreciarlo y disfrutarlo. Me hace feliz un amanecer, un atardecer, caminar de la mano con mi marido, estar con los amigos, tomar una taza de café, ver el logro de alguien.