Son tres, pero en la entrevista faltaba Vilma Núñez. Ana Zuazo y Fátima Martínez han escrito con ella «Tres damas con marca», un libro sobre marketing digital que va mucho más allá de la autoayuda o de una guía para emprendedores. Son sus experiencias en el marketing, en las redes y en la vida trasladadas al papel.
–¿En qué puede ayudar su libro a los lectores?
–Ana: En muchísimas cosas porque son parte de nuestras experiencias personales y profesionales, contadas de manera muy fácil y va a haber cosas que les van a pasar y cosas con las que se van a identificar. Seguro.
–Fátima: Lo bueno que tiene el libro es que son tres libros en uno. Tres historias de tres mujeres totalmente diferentes, que hemos hecho cosas totalmente distintas en la vida, a las que ésta nos ha cambiado bastante por circunstancias diferentes, pero que hemos aprendido a gestionar el cambio en nuestras vidas. Todo esto con un fondo de marketing, por eso creo que es marketing, es marca personal, son historias personales porque se funde nuestra vida. Es una historia novelada porque contamos nuestra propia historia como si fuera una novela, pero dando muchísimos consejos, muchísimas herramientas y contándole a la gente cómo puedes salir de cualquier situación en la vida porque de todo se sale si sabes buscar el camino y te pones las pilas.
–¿Las redes hacen más fácil volver a empezar?
–Ana: Son tan importantes hoy en día que hacer algo sin una red detrás me parece una locura. Son fundamentales para todo, para la vida, para el trabajo, para relacionarte, para ver un programa de televisión, para todo.
–Fátima: A mí me han dado la vida. Para mí ha sido el gran escaparate donde mostrar lo que sabía hacer y quién era. Porque quizá, por muy buena que hubiera sido, por muchas cosas que supiera hacer o por mucho que quisiera haber dado patadas para que alguien me viera, habría sido bastante difícil porque al final nuestros mundos son reducidos. Las redes sociales lo que hacen es que rompen todas las barreras y te puede ver todo el mundo que quieres que te vea. Te dan una proyección que es muy difícil que cualquier otro soporte te dé.
–¿Todo lo que se hace en redes es marketing aunque no nos demos cuenta?
–Fátima: Yo creo que sí, que hay un 90 por ciento que es márketing puro. Nos estamos vendiendo. Nos guste o no, estamos luciendo nuestras plumas. Pero en la vida todo el mundo se vende, un abogado en un juicio no hace otra cosa que vender. Un médico te tiene que vender si te puede curar o no te puede curar. Todos hacemos marketing y todos en la vida necesitamos márketing.
–Ana: Yo las utilizo para mi trabajo, incluso mis redes personales son para apoyar mi trabajo, pero creo que aparte de marketing hay un punto de cotilleo. El ser humano es cotilla por naturaleza y ese punto de saber qué hacen los demás hace que haya un desequibrio ahí.
–Fátima: Aparte destaca un tema humano muy importante y no lo dejemos atrás. En el atentado de Madrid no había redes sociales. Si se repitiera, Dios no lo quiera, las cosas cambiarían bastante. En el fondo, aunque seamos «cotillas», somos solidarios y las redes tienen un porcentaje de solidaridad brutal.
–¿Hay una perspectiva de género y de edad en el marketing?
–Ana: Yo creo que sí, la hay en todas las profesiones. Pero cuando tienes una trayectoria, un esfuerzo, un currículum, es salvable. La experiencia también es un grado, pero lo que he notado en estos últimos años es que me he tenido que poner las pilas trescientas mil veces más para no quedarme atrás porque queda más atractivo una persona de treinta o cuarenta años que las que pasamos los 50. Hemos conseguido por esa trayectoria estar ahí, pero nos cuesta.
–Fátima: Contamos con una ventaja brutal y es que venimos del mundo analógico y eso no tiene precio. Lo bueno del marketing para gente como nosotras –por la edad que tenemos y de dónde venimos– es que hemos aprendido desde el otro lado para encontrarnos un mundo que no entendíamos y hemos tenido que aprender para unir los dos mundos. Analógico y digital no deja de ser el mismo mundo. Con distintos medios, con distinta forma de comunicar, pero es lo mismo.