Domingo Mora: «Cada día pierdo 50 euros por las VTC. No somos tan malos como nos pintan»
A sus 32 años, Domingo conoce bien lo que es el sacrificio. Desde los 21, «ayudaba a mi padre con el taxi», trabajo que compaginaba con su empleo como futbolista en diferentes equipos madrileños. Harto de los impagos de la Segunda División, hace un año se hipotecó para quedarse con la licencia familiar. Dedica cerca de 12 horas diarias a su profesión y «no he faltado a ninguna movilización. Sólo pedimos que se cumpla la ley», insiste. «Hay que poner orden en un transporte que es irregular», insiste. Además de los mil euros que paga de hipoteca al mes, «el mantenimiento del vehículo se lleva unos 800 euros de media. Si yo no tengo el coche bien y limpio, me sancionan, a los de Uber y Cabify nada». Insiste en que «las VTC no pueden hacer de taxi. Es como si una parafarmacia vendiera los medicamentos que sólo están autorizados a dispensarse en farmacias», dice a modo de ejemplo. Reconoce que «he tenido varios encontronazos con los vehículos con conductor. Me han pinchado las ruedas cuatro veces». Sabe que «los taxistas nos hemos tenido que poner las pilas en los últimos seis años, pero somos el único vehículo autorizado por la Unión Europea para trasladar pasajeros en las ciudades. Las grandes empresas de VTC juegan con la oferta y la demanda». Calcula que, al día, «pierdo unos 50 euros con el auge de las aplicaciones. No somos tan malos como nos pintan».