De los pasillos del hospital a los tribunales y despachos de abogados. «Derecho a soñar», la nueva serie producida por BocaBoca, recoge desde hoy (18.16) el testigo de «Centro médico» en las tardes de La 1. Esta ficción diaria tiene como protagonista a Julia Rojas (Alba Ribas), casi una Cenicienta moderna, una chica que pese a su complicada vida personal ha logrado, con gran esfuerzo, estudiar Derecho y entrar como pasante en el bufete donde trabaja Jorge Leiva (Jon Arias), hijo de uno de los socios fundadores, que murió en extrañas circunstancias.
«Prefiero verlo menos al estilo Disney. Julia es muy luchadora y tiene un sentido de la justicia muy elevado. Aunque ella y Jorge vienen de mundos muy diferentes, viven una historia de amor que es como una montaña rusa, porque pasan por momentos personales y profesionales muy diferentes», explica la actriz. «No quiero hablar de galán porque es algo en lo que se te puede encasillar fácilmente, pero me gustó mucho el papel de Jorge porque no es un protagonista prototípico, tiene momentos en los que saca mucho carácter e incluso cierta torpeza. Era una forma de hacer un protagonista masculino un poco distinto», contaba su compañero, Jon Arias, uno de los últimos días de rodaje (hace más de un año) en uno de los despachos del decorado, de más de 2.000 metros cuadrados.
Trama de corrupción
Ambos intérpretes se muestran encantados con hacer una serie diaria «diferente y actual», con ingredientes de «culebrón» pero muy centrada también en conflictos judiciales de todo tipo, desde laborales hasta civiles, basados en hechos reales y con un enfoque muy humano, algo heredado de su predecesora, «Centro médico». Cada semana, presentarán y resolverán un caso distinto. Además, «Derecho a soñar» incluirá una gran trama de corrupción.
«Tiene un perfil más joven que el resto de ofertas de la sobremesa, y todos los casos tienen un punto de realismo muy bonito. Es una historia de personajes, pero también de asuntos cotidianos y sociales», añade Ribas. «Los tiempos avanzan y la ficción también, si hacemos un culebrón ambientado en la actualidad es necesario hablar de lo que pasa en la realidad», reconoce Arias, que antes de empezar a rodar estuvo un mes yendo a las vistas públicas de los madrileños juzgados de Plaza de Castilla para aprender a hablar y moverse como un abogado, más allá de las indicaciones de los guiones firmados por Paula Jiménez y Nico Saad.
Mamen Duch, Guiomar Puerta, Álex Adrover, Belén Fabra, Joaquín Climent, Jorge Sanz, Ana Risueño, Aixa Villagrán y Ariana Martínez, entre otros, completan el reparto de «Derecho a soñar». «Es un equipo muy sólido, donde soy el mayor», bromea Climent. «Hay un trato muy bonito por parte de la gente joven, me consultan y me ven un poquito como un maestro, con ese cariño y me gusta», puntualiza. «A través de Julia y muchos otros personajes femeninos se muestra la vida de mujeres luchadoras, con los pies en la tierra, que trabajan en casa y en sus oficios. El camino de la igualdad pasa también por lo doméstico, no solo por lo profesional», subraya Ribas.
Una rueda exigente
Otra dificultad de las series diarias son sus exigentes ritmos de rodaje. «A todo te acostumbras. Hay días que me levantaba a las 5.30, me recogían a las 6.30 y rodábamos de 8.00 a 17.00. Luego vuelves a casa, estudias y a dormir. Si quieres hacer algo entre semana tienes que aprenderte los guiones con antelación. También intentas desconectar un poco, porque si no entras en un bucle», recuerda el joven actor, que también ha participado en «Cuéntame» e «Instinto», el nuevo thriller erótico de Movistar+.
Para el equipo técnico y los directores, Federico Untermann, junto a Manuel Gómez, Valerio Boserman y Víctor García León, el desafío no es muy distinto, con dos unidades que trabajaban en paralelo. La maquinaria funciona sincronizada para grabar diez o doce secuencias al día. Es una rueda en la que siempre hay algo que hacer. «Si no estás pasando texto o grabando vas con retraso», bromean los directores. Aunque el rodaje acabó hace más de un año, desde TVE no descartan renovarla si gusta al público.