Resultados 19-20 de enero de 2019

Comenzamos bien, muy bien, con poca renta para el trabajo que realizamos. Presionamos a toda pista, corrimos, robamos, anticipamos líneas de pase, nos dejamos el alma. El equipo estaba metido. Con errores o aciertos cada posesión era la de un equipo que no dobla la rodilla. Y más o menos continuó así la dinámica hasta el minuto 18. Rentas que oscilaban entre 7-10 puntos, con jugadoras que realizaban un trabajo encomiable. Sin embargo esos dos últimos minutos cambiarían el partido. Malas decisiones arbitrales que nos iban a sacar del partido. Ya no volvimos. Decisiones de personas que se ganan el respeto a base de usar su posición de poder. Nos íbamos al vestuario arriba pero con el equipo roto. Roto porque no es nuevo.


Avisé al equipo, tías centraros en lo bueno, olvidaros de ellos, vamos a seguir robando, vamos a circular más…. Pero el equipo estaba roto. No supe encauzarlo. Ellas oían pero no escuchaban. De hecho creo que no querían jugar. No querían hacer lo que más les gusta. Universidad hizo lo que tenía que hacer, aprovecharse. Tuvieron acierto, su parte de mérito, felicidades, pero en esta ocasión quienes a nosotras nos hicieron perder fueron el equipo arbitral. Al final del tercer cuarto empate. En cuanto cogieron ventaja partido. Ya no estábamos allí aunque siguiésemos en la pista.


Ya no sabes cómo dirigirte a ellos. No dirigiéndote parece ser el mejor modo pero no es el modo. Me reitero…nos ocurre en Huesca. Y probablemente al generalizar soy injusto. Técnicas incomprensibles, criterio dispar, falta de concentración desde el sg 1 (en el salto inicial hay un campo atrás escandaloso en nuestra contra que no pitan porque no están a lo que deben)

Esta noche me desperté. Me puse a escribir una reflexión personal para mis redes sociales, luego pensé que solo serviría para separar y me tuve que comer la rabia. En veinte años entrenando seniors no sentí nada parecido. No puedes dialogar. Si respiras más alto te sancionan. O al menos nos sancionan.

Lo siento mucho. Llevo treinta años en el baloncesto porque me gusta. Así no vamos a ninguna parte.