El Teatro Real ha cancelado, sin que haya mediado comunicación pública, un espectáculo de danza tradicional china, llamado «Shen Yun», que iba a recalar en el coliseo madrileño los días 31 de enero y 2 de febrero. El contrato para la actuación del cuerpo de baile y orquesta «Shen Yun» se firmó el día 1 de diciembre para la primera fecha y, tras conocerse la posibilidad de una segunda actuación en el Real, se firmó una ampliación del contrato en los últimos días de 2019, para lo cual la compañía tuvo que cancelar una de las actuaciones previstas en Birmingham. A toda prisa comenzó la publicidad sobre el evento, con presencia en las pantallas de Callao, una campaña en el Metro y la impresión de miles de folletos, según comentan los promotores. Además, se hicieron las reservas de hoteles en Madrid para los cincuenta bailarines y la orquesta, un total de unas ochenta personas. Pero todos esos preparativos se fueron al traste cuando el Teatro Real les informó de la cancelación.
Los promotores del espectáculo –en gira por ciento cuarenta ciudades este 2019– se quejan, en conversación con ABC, de que esta cancelación, «súbita e inesperada» para ellos, tiene como causa «presiones por parte de la embajada de China», que al parecer está molesta con la vinculación de la compañía Shen Yun con algunos disidentes.
«Predomina la programación»
En el Teatro Real niegan esa versión: «Siempre predomina la programación a la hora de ceder espacios y recibimos una alerta de la dirección técnica porque con el “Oro del Rin” y el Ballet de la Ópera de París más los ensayos de “Idomeneo” no era aconsejable el montaje y desmontaje de otro espectáculo», explican en la dirección del Teatro. «Y es inverosímil el problema político cuando hemos ofrecido un cambio de fechas para la temporada 2020-2021».
Según Sandra Flores, de la asociación Puro Arte Humano, que promueve la actuación en España de Shen Yun, y el abogado Carlos Iglesias, que representa a los promotores del espectáculo, «es ya un resorte habitual que los diplomáticos chinos protesten en todas las ciudades por la presencia de un espectáculo creado por una asociación en Nueva York en los años noventa, en la que militaron algunos disidentes. Pero ¡es solo un espectáculo! y hasta la fecha solo en Corea del Sur y Ecuador habían logrado la cancelación que ahora se produce en Madrid, en el Teatro Real». En España hubo ya un antecedente en 2014 que saltó a la prensa, cuando tuvieron que presentar una denuncia ante un juez de Barcelona porque el consulado chino presionó para cancelar el espectáculo en el Teatro Nacional de Cataluña «porque va en contra de los intereses del Partido Comunista Chino». No se canceló.
Volviendo al tema del Teatro Real, el 4 de enero recibieron un aviso informal, que se formalizó el día 8, cuando el coliseo les escribió para informarles de que «por necesidades ineludibles de carácter artístico del escenario no nos resulta posible ceder el citado espacio». Una frase que les dejó «estupefactos». Sandra Flores dice que esa comunicación podría dar a entender un problema técnico, pero «el “rider” técnico de nuestro espectáculo estaba desde hacía semanas en manos del Real, es lo primero que se habló, y sabemos que no tenía problema ninguno. De hecho, las funciones del “Oro del Rin” con las que Shen Yun se iba a intercalar, se superponen estos días con las del Ballet de la Ópera de París, que tiene necesidades escénicas similares».
Los promotores cuentan que las entradas de la web del Teatro Real fueron bloqueadas de inmediato, antes incluso de quitar el anuncio del espectáculo. «Pero ya se habían vendido unas 700. Están devolviendo el dinero sin explicar nada, a quien pregunta le dicen que han cancelado los promotores, lo cual no es cierto –ABC comprobó en la taquilla que decían eso– y no ha habido ni un comunicado oficial para el público», añade Flores. «Hay quejas en Consumo y no pueden culparnos a nosotros», añade.
El resultado, para Carlos Iglesias, es un «grandísimo perjuicio», aunque concede que «el Real se guarda en una cláusula de sus contratos de cambiar un espectáculo por necesidades artísticas o técnicas y ofrece fechas alternativas. Pero ahora, con la compañía parada cinco días y ante la falta de explicaciones, ¿quién se fía para 2021? Lo niegan pero sabemos que siempre hay presiones chinas». Iglesias relata que habían intentado años atrás actuar en el Real como ya hicieron en el Liceo, pero no fue posible. «En esta ocasión recibimos impulso de un miembro del patronato para lograrlo».
En el Real les acusan de «politizar el asunto. Es de suponer que prefieran pensar en una potencia exterior maléfica como causa de un cambio que altera sus planes, pero eso no es lo que ha ocurrido».
Es cierto que China tiene cada vez más atractivo para los grandes teatros de ópera occidentales, que ven un mercado prometedor para sus producciones, tanto en representaciones de gira como a través del «streaming» y de giras. De hecho el China National Center for the Performing Arts -conocido como «El huevo gigante» por la llamativa arquitectura de su cúpula de titanio- ya realiza coproducciones con los principales teatros del mundo. Se da la circunstancia de que el Teatro Real ultima un contrato para su Palco Digital con el fin de expandirlo por China.