Además de los delitos habituales de las prácticas corruptas, la Fiscalía Anticorrupción investiga un delito de allanamiento de morada en la llamada operación Kitchen, la maniobra dirigida por el Ministerio del Interior en el año 2013 para sustraer documentación sensible y espiar al antiguo tesorero del PP Luis Bárcenas. Fuentes jurídicas han informado que los delitos que están sobre la mesa en esta pieza separada del caso Villarejo —en la que están imputados elos antiguos mandos policiales José Villarejo, Enrique García Castaño y Eugenio Pino, entre otros investigados— son, además de allanamiento, malversación, prevaricación, cohecho y robo.
Se desconoce todavía a qué suceso concreto se debe la atribución del allanamiento a los protagonistas de esta operación, reconocida por el Ministerio del Interior en la actualidad, que no se ha vinculado todavía con la actuación del «falso cura». En el pasado, el 23 de octubre del año 2013, un hombre disfrazado de cura entró en la vivienda de Bárcenas para robarle documentación, un crimen en el que terminó por encañonar a la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, un hijo del matrimonio y a una empleada del hogar. El conocido como «falso cura» está condenado en firme a 22 años de prisión.
Por esta operación ha declarado este jueves el comisario jubilado José Villarejo, quien continuará el próximo lunes respondiendo a las preguntas de la Fiscalía Anticorrupción y del juez instructor. Villarejo ha manifestado al magistrado que su labor en esta maniobra fue de mero informador, según fuentes jurídicas.
A la salida de la Audiencia Nacional tras la comparecencia, el letrado de Villarejo ha manifestado a los medios que su representado pretende expresar todo lo que sabe sobre el caso que afecta al BBVA, un escándalo vinculado, según él, con «luctuosos acontecimientos» que han marcado la vida política de España. El comisario jubilado ha criticado, en palabras de su abogado, las filtraciones sobre su caso y pretende declarar sobre todo, especialmente sobre el BBVA.
La operación Kitchen es el nombre que recibe el plan que puso en marcha entre 2013 y 2015 el Ministerio del Interior presidido por Jorge Fernández Díaz, en la época de Mariano Rajoy al frente del Gobierno, para espiar y robar documentación a Bárcenas, el antiguo tesorero del PP, con la intención de frustrar la investigación por la contabilidad opaca de la formación política. Villarejo está encarcelado por supuestamente dirigir un entramado para enriquecerse ilegalmente a través de encargos y coacciones para los que empleó información a la que accedía gracias a su condición policial. Ubicado en la cúpula de la Policía durante años, a Villarejo se le considera el líder de las llamadas «cloacas del Estado».