Rayo Majadahonda y Las Palmas firmaron un empate a cero en el Cerro del Espino que hizo justicia a lo poco que se vio sobre el terreno de juego por parte de unos y de otros.
Llegaba el conjunto canario con ganas de empezar una nueva vida con el año entrante porque 2018 lo acabó con nueve partidos sin triunfo y cuatro goles encajados en cada una de sus tres últimas salidas.
No le iban mejor las cosas al rival, cuyo único bagaje positivo en los cinco duelos anteriores fue un empate a cero ante el Deportivo de La Coruña. Esa mala racha le había precipitado a los puestos de descenso.
Arrancó el choque intenso, con una amarilla por cada equipo en los diez primeros minutos. Pero fue bajando el ritmo, sin apenas ocasiones reseñables hasta los instantes previos al paso por vestuarios.
Entonces destacaron más los visitantes, que primero se acercaron con un cabezazo de Cala que detuvo sin problemas Cantero y posteriormente acariciaron el gol en un remate de volea de Rafa Mir que se fue rozando un palo.
De vuelta al verde salieron ambos equipos contenidos, tanteándose en busca de una acción aislada que les permitiera ponerse por delante. Probó suerte Aitor García con un disparo casi sin ángulo que detuvo Raúl y, en el otro área, Timor obligó al vuelo de Cantero tras empalmar un balón que había quedado muerto tras un saque de esquina.
Era de esperar que conforme se acercaba la conclusión del enfrentamiento aumentara la vocación ofensiva de ambos equipos, pero no fue así. El miedo a dejar escapar un punto pudo más que el ansia por sumar tres.
