Un gol de Ben Yedder en el descuento le permitió al Sevilla rescatar un punto, con diez jugadores, ante el Leganés (1-1) en un estadio, Butarque, que se ha convertido en lugar de penitencia para los equipos de la zona alta de la clasificación.
Afrontaban los andaluces la cita con los pilares dañados debido a las bajas por sanción de Éver Banega y Pablo Sarabia así como a la ausencia por lesión del danés Simon Kjaer. Para ocupar sus puestos los elegidos fueron Ibrahim Amadou, Franco Vázquez y Gabriel Mercado. En el Leganés, retornaban Allan Nyom y Rubén Pérez a fin de completar una alineación que comienza a cobrar visos de fija. Solo la presencia en el banquillo de Rodrigo Tarín, suplida con Unai Bustinza, alteró un once donde repitieron juntos arriba Guido Carrillo y Youssef En-Nesyri.
Esa continuidad, cimentada en una defensa con cinco efectivos, le había permitido a los blanquiazules crecer con el paso de las jornadas hasta encadenar ocho encuentros oficiales sin perder. Ayudaba también la confianza en casa al ver que equipos de la zona noble como el Barcelona, el Atlético, el Alavés o el Getafe se habían ido sin los tres puntos. El Sevilla era también pasajero de la primera clase liguera y por tanto un rival estimulante, más si cabe después de que ejerciera de verdugo de los madrileños en las históricas semifinales coperas del pasado curso. Por todo ello, salieron estos últimos mostrando músculo desde el pitido inicial.
La osadía tuvo recompensa a los cuatro minutos cuando Rubén Pérez robó un balón en el centro del campo y se lo entregó a Nyom. Levantó la mirada el camerunés y la puso al corazón del área, residencia habitual de rematadores como En-Nesyri o Carrillo. Tenían ellos todas las papeletas para conectar el centro pero el premio se lo llevó Vesga, quien apareció por sorpresa cabeceando imperial por encima de Mercado. El gol le supo a poco a los locales, conscientes de que su ímpetu les podía dar un rédito mayor. Y a punto estuvo de marcar el argentino Carrillo al enviar fuera en el primer palo una excelente asistencia de su compatriota Jonathan Silva.
Sin embargo esa voluntad ofensiva tenía su reverso y los sevillistas pudieron empatar el choque convirtiendo un córner en contra en un vertiginoso ataque que culminó Franco Vázquez y taponó el omnipresente Omeruo. No fue la única de los visitantes en la primera mitad pues Sergi Gómez acarició el tanto en un disparo a bocajarro tras córner que sacó de manera acertada Cuéllar. Se despidieron los cuarenta y cinco primeros minutos con el sol cayendo y un testarazo de Carrillo que salió por la línea de fondo cerca de la portería.
Volvieron los equipos al césped después de pasar por los vestuarios y a los espectadores no les salían las cuentas al ver sobre el campo a veintiún hombres. La explicación era que Franco Vázquez había sido expulsado en el intermedio. Más problemas para un Sevilla obligado a sacar adelante un enfrentamiento que pintaba complicado, para lo cual Machín introdujo a Quincy Promes por Jesús Navas. Tampoco tardó mucho el Leganés en realizar una sustitución, dando entrada a Rodrigo Tarín por un Allan Nyom que había coqueteado con la segunda amarilla. Minimizaba de esta manera riesgos el anfitrión, consciente de que no podía dejar nada en manos del azar.
Mientras, caía la niebla sobre el campo como un telón sin que en el escenario cambiara el argumento. Más entonados los leganenses, Rubén Pérez probó a Vaclik con un disparo desde la frontal y En-Nesyri cabeceó desviado.
Con pocos sobresaltos más hizo acto de presencia el desenlace y con él la tensión. Entre la bruma, unos y otros se afanaron por ganar cada esférico sin encoger la pierna. De esta manera asomaron las faltas y las interrupciones en detrimento de las oportunidades.
Nada de ello vaticinaba un final trepidante que tuvo como aperitivo dos remates a los palos. El primero corrió a cargo de Amadou, cuyo testarazo a centro de Roque Mesa desde el costado diestro se estrelló contra la madera. El segundo llevó la firma de En-Nesyri, quien impactó contra el larguero un buen pase desde la línea desde donde se celebraba ya el triunfo del Leganés en la grada pero los cánticos se apagaron en el descuento. Roque Mesa, pese a las dificultades, logró sacar un centro que cabeceó solo Ben Yedder tras ganarle la espalda a Siovas llevando la locura a la afición visitante.