El análisis de científicos del Deep Carbon Observatory (DCO), un programa que durante los pasados 10 años ha estudiado todos los aspectos del carbono atrapado bajo el subsuelo, estima que la biomasa de la vida subterránea es entre 15.000 y 23.000 millones de toneladas de carbono.
Según declaró a Efe una de las autoras del estudio, la doctora en microbiología de la Universidad de Tennessee (EE.UU.) Karen Lloyd, los descubrimientos sobre la vida en la profundidad de la Tierra ofrecen "importantes pistas sobre cómo puede ser la vida en otros planetas y dónde encontrarla".
El doctor Mitchell Sogin, del Laboratorio Marino Biológico de Woods Hole (EEUU), copresidente del programa Deep Life de DCO, explicó en un comunicado que "explorar las profundidades es como explorar la selva del Amazonas. Hay vida donde se mire y una abundancia de organismos inesperados e inusuales".
El estudio señala que la vida a grandes profundidades está agrupada en tres dominios: bacterias, archae (microbios sin núcleo) y eukaryota (microbios u organismos multicelulares con células que contienen un núcleo).
Pero son las bacterias y archae las que dominan la vida en las profundidades y constituyen lo que los científicos de DCO han calificado como "la materia oscura" microbial porque creen que el 70 % de todas las bacterias y archae de la Tierra viven en el subsuelo.
El doctor Rick Cowell, de la Universidad de Oregón, señaló a Efe que uno de los grandes descubrimientos del estudio de centenares de muestras obtenidas perforando la Tierra a profundidades de hasta 5 kilómetros es "la increíble diversidad genética", que es comparable e, incluso, sobrepasa la que existe en la superficie.
Los científicos también señalaron que los límites de presión y temperatura en los que se puede encontrar vida siguen siendo desconocidos y que han descubierto organismos como el Geogemma barossii, un microbio capaz de vivir y replicarse en chimeneas hidrotermales oceánicas en ambientes de 121 grados centígrados.
En términos de presión, DCO ha localizado vida a 5 kilómetros de la superficie de la Tierra y a 10,5 kilómetros de la superficie del océano, donde la presión es centenares de veces superior a la que se experimenta en la superficie terrestre.
Lloyd destacó que en condiciones tan extremas de temperatura, presión y escasez de energía "la vida invierte la mayor parte de su energía en simplemente mantener su existencia y casi nada en crecer, lo que es una forma fascinante de vivir".
Por su parte, Colwell dijo que aunque la investigación ha multiplicado el conocimiento de la comunidad científica sobre la vida en las profundidades, también ha dejado sin respuesta muchas otras preguntas.
"Por ejemplo, los científicos no sabemos todavía las formas en que la vida en las profundidades afecta a la vida en la superficie y viceversa", explicó. "Y por ahora, solo podemos maravillarnos de la naturaleza de los microorganismos que permiten a la vida sobrevivir bajos condiciones extremadamente pobres e inhóspitas en las profundidades de la Tierra", añadió.
Los descubrimientos realizados han avivado la discusión en la comunidad científica sobre si la vida en la Tierra se inició en la superficie o el subsuelo, y sobre cómo sobreviven los llamados microbios "zombies", organismos que pueden vivir sin dividirse durante millones de años.
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