El PSOE de Castilla y León se presentará a las próximas elecciones como un partido de centro, y como la «única» formación que puede ofrecer a los ciudadanos respeto, mesura y sensatez así como respuestas a sus problemas y preocupaciones desde la centralidad.
Así lo aseguraba ayer la secretaria de Organización, Ana Sánchez, para quien el partido del puño y la rosa es ahora «más necesario que nunca» para combatir la «política del odio, de la frustración y del escoramiento» que, en su opinión, representa el PP de Alfonso Fernández Mañueco, a quien acusa de haberse «radicalizado» de la mano de Pablo Casado frente a la «moderación» de su predecesor y todavía presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera. «Nosotros no hacemos políticas de banderas», decía Sánchez, mientras ponía en valor la «oposición útil» que están realizando los socialistas en las Cortes regionales. Preguntada por si el descenso de votos del PSOE en Andalucía y la política del Gobierno en Cataluña preocupa en el partido en Castilla y León, la secretaria de Organización admitía que el bipartidismo es historia y que la fragmentación actual de la política «ha llegado para quedarse».
También negaba que lo ocurrido en las elecciones andaluzas pueda extrapolarse a esta Comunidad. Y es más, apuntaba que es el PP quien debe estar más preocupado por su desplome de votos en esa Región. Algo que, según Ana Sánchez, también le ocurrirá en Castilla y León en los próximas comicios. «El PP perderá de manera holgada la mayoría absoluta», decía, mientras mostraba una información periodística con declaraciones del secretario regional de los populares, Francisco Vázquez, en las que afirmaba que él votaría por lograr el 35 por ciento de los votos y 35 escaños en las Cortes. Y sobre Cataluña, insistía en que en el PSOE de Castilla y León «no va a entrar en ese juego del odio», porque están más preocupados por los problemas de la gente y por seguir haciendo una oposición útil.