Las tribunas del estadio Antonio Herrera Gutiérrez se llenaron este viernes, pero no con la alegría proporcionada por el desempeño del local Cardenales, sino con el dolor del adiós que la fanaticada quiso dar personalmente a los malogrados astros de nuetsro deporte
Por Ignacio SerranoElEmergente,comVarios miles de aficionados acudieron este viernes al estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, para rendir un homenaje y dar el último adiós a José Castillo y Luis Valbuena, los dos peloteros fallecidos en la madrugada, durante un intento de asalto sufrido en la autopista que discurre a un lado de San Felipe, en el estado Yaracuy.
Los Cardenales de Lara organizaron una misa de cuerpo presente en el parque de La Rotaria, y la gente respondió con emoción, aunque no hubo mayor convocatoria ni tiempo para realizarla, más allá de lo que pudo informarse a través de las redes sociales y los medios de comunicación que van quedando en la región.
La asistencia fue grande, como las carreras de este par de bigleaguers, piezas fundamentales en el armazón de los pájaros rojos e ídolos de buena parte del país debido a sus hazañas en los diamantes locales y la gran carpa.
Entre muestras de respeto, congoja y frustración, porque millones de venezolanos sufren directa o indirectamente los efectos malignos de un hampa desbordada desde hace años, Castillo y Valbuena volvieron al centro del campo para el aplauso del público.
Sus compañeros, vestidos con las camisetas de los crepusculares, transportaron los féretros en hombros, desde el estacionamiento de los peloteros hasta quedar frente a las tribunas, el mismo camino que centenares de veces hicieran ambas figuras en sus fructíferas actuaciones en ese y otros escenarios.
Directivos del equipo, empleados, miembros todos de la organización cardenalera, coincidieron con el pueblo barquisimetano en un gigantesco y tristísimo abrazo, mientras versiones de prensa divulgadas por la estación
Promar y los diarios
El Impulso y
Versión Final, entre otros, informaban durante toda la tarde sobre la detención e incluso la muerte en enfrentamiento con autoridades policiales de los delincuentes responsables del crimen.
Familiares y amigos rodearon los ataúdes entre sollozos. Y los Cardenales, en un mensaje simbólico, dejaron luego encendida la torre derecha del jardín central, desde el atardecer y hasta la mañana de este sábado.
"Encendemos una luz esta noche para nuestras estrellas en el Cielo", dijo la organización larense en sus redes sociales. "Descansen en paz".
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Ignacio Serrano
