El Gobierno que capitanea Pedro Sánchez prepara un plan de choque para acabar con la prostitución en España. Éste pasa por cerrar todos los prostíbulos, incluso los que tienen licencia –aunque sea porque están disfrazados de locales dedicados a la hostelería–. Según los últimos datos que maneja la Policía Nacional, en el país hay alrededor de 1.400 burdeles censados, una cifra difícil de aproximar y en la que no se incluyen los pisos de citas, un sector en auge. De contabilizarse estos últimos, el dato aumentaría considerablemente, tal y como reconocen los propios mandos policiales. El Ejecutivo propone también castigar por vía penal a los clientes de la prostitución, así como a los que faciliten pisos y locales a los proxenetas.