La portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, se sirvió ayer de las políticas europeas de Francia y Alemania frente a los partidos de extrema derecha, planteando la necesidad de establecer un "cordón sanitario" contra formaciones de este calado, como Vox, bloquear así su participación en las decisiones de poder público, y "no blanquear sus posiciones como reminiscencia de los resultados de las políticas de ultraderecha en el siglo XX".