El precio internacional del café, principal producto de exportación de Nicaragua en 2017, no levanta cabeza y más bien ha vuelto a retroceder en los últimos días.
Este viernes 7 de diciembre, el valor del llamado grano de oro cerró en 105.95 dólares por quintal en la Bolsa de Valores de Nueva York, pero los tres días anteriores se ubicó por debajo de los 101 dólares.
Después de caer por debajo de los 100 dólares en agosto y septiembre pasados (su pico más bajo fue de 93.45 el 17 de septiembre), el precio del grano se había recuperado en octubre, logrando ascender hasta 122.55 dólares el 17 de ese mes. Sin embargo, no pudo sostenerse en ese rango.
El presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), José Ángel Buitrago, explicó que el precio del café no ha podido recuperarse porque hay oferta suficiente y los inventarios del grano están llenos a nivel mundial.
“Son actuaciones normales del mercado. El mercado responde al exceso de oferta o al exceso de demanda. Cuando hay escasez de productos, hay mucha demanda (y así tenemos buenos precios), pero cuando hay precios bajos es porque hay mucho café en el mercado”, indicó Buitrago.
El 2018 ha sido un año de precios bajos para “el rojito”. Sólo en enero y febrero, el precio promedio mensual fue superior a los 120 dólares por quintal. Entre marzo y junio, se mantuvo entre los 115 y los 118 dólares, en promedio. Pero entre julio y septiembre, cayó de 109 a 97.63 dólares.
Pese a la caída del precio y las dificultades internas que enfrentan los cafetaleros del país, José Ángel Buitrago, representante del sector exportador, considera que el ciclo del café (2017-2018) que se cerró en septiembre de este año no fue tan malo.
“Tuvimos una producción de más de tres millones de quintales, un precio pagado de US$143 por quintal e ingresos por las exportaciones de más de US$440 millones. En términos relativos no fue malo”, sostuvo Buitrago.
Sin embargo, las expectativas para el ciclo 2018-2019, que empezó en octubre, no son mejores.
“Según me han dicho muchos productores, el café no está tan bien. Hay café en los árboles, pero quién sabe si lo cosechan. Hay productores que dicen yo no estoy cosechando nada y la mano de obra está escasa. Algunos tienen miedo por la inseguridad en el campo. Así que la situación no pinta tan bonita para la cosecha que estamos empezando”, expresó Buitrago.
Nicaragua, de acuerdo con cifras oficiales, en la actualidad tiene más de 200,000 manzanas de tierras cultivadas con café. Estas pertenecen a unos 45,000 pequeños, medianos y grandes productores del grano.
Para los productores de café nicaragüense, la caída del precio del grano de oro ha sido como un golpe de gracia a una serie de problemas que enfrentan, como la variabilidad climática, la falta de mano de obra y la inseguridad en el campo.
El precio del café se fija en el mercado de futuro, en la bolsa de valores de Nueva York y según Buitrago, solo algunos productores tienen la capacidad y acceso a los mercados para vender sus cosechas hasta con dos años de anticipación.
¿Pero qué pueden hacer en la actualidad, cuando el precio ha descendido hasta los US$100 y no cubren sus costos de producción?, se pregunta Buitrago.
“Algunos productores están esperando que suba el precio, pero yo veo difícil esa posibilidad ahorita. Nunca hay que perder la esperanza de que pueda subir. Cuando subió a cerca de US$125 (en octubre pasado) hubo gente que vendió con ese precio. Hay gente que probablemente vendió antes (de que el precio se desplomara), porque hay productores que venden hasta con uno o dos años de anticipación”, afirmó.
El exportador admitió que estos “son los que tienen más capacidad y posibilidad de darle más seguimiento al mercado. Los que están fregados son los pequeños y medianos productores, que a veces no tienen las facilidades de poder enterarse de lo que está pasando. El productor pequeño vende diario su café”, añadió.
Para Buitrago, los bajos precios del café tienen casi siempre como regla, una repercusión negativa en las siguientes cosechas del grano.
Explicó que cuando el precio sube, los productores se animan y comienzan a sembrar y mejorar las plantaciones, pero los picos de los precios altos duran solo alrededor de dos años.
Mientras tanto, cuando los precios caen, la producción se deprime y las inversiones se detienen, y por lo general estos precios bajos se extienden por alrededor de cuatro años, según el especialista.