Eric Drouet, 33 años, camionero de profesión, es una de las personas que ha contribuido al nacimiento del movimiento de los «chalecos amarillos». Él fue uno de los primeros que lanzó una llamada a la protesta para oponerse al aumento del precio del carburante.
El joven camionero es un apasionado del mundo del automóvil y miembro de un club, el Munster Crew. El 10 de octubre, junto a un colega y amigo, también miembro de este club, decidieron montar una manifestación para el 17 de noviembre, un «road-trip» en el periférico de París para impedir las salidas y entradas a la capital. En sólo diez días 54.000 personas le respondieron que iban a participar y 189.000 dijeron que estaban interesados. Este éxito en las redes le ha llevado a convertirse en una de las figuras mediáticas del proteiforme –por su cambio de formas y de ideas– movimiento de los «chalecos amarillos», que en general, reclaman que no reconocen a ningún representante público. Aseguran ser un movimiento horizontal sin jefe. Por esa razón, Drouet sostiene que no es portavoz de nadie pero acepta las invitaciones de las televisiones para «evitar» que otros asuman ese papel. Desde su página de Facebook «La France énerveé!!!», (La Francia irritada, en español) le siguen 46.000 personas. En los vídeos aparece en ocasiones con Maxime Nicolle, o «Fly Rider» -como se presenta en las redes- de 31 años, con el que anima a movilizarse todos los sábados en la capital. Los dos hacen uso de una retórica bélica y representan el giro antisistema y en determinados casos violento que ha tomado este movimiento. En unas semanas, Drouet ha pasado de protestar por la subida del precio de los carburantes a reclamar la instauración de referéndums para consultar al pueblo, la supresión del Senado o el reconocimiento del voto blanco en los procesos electorales, a lo que suma la propagación de algunas ideas complotistas, como la influencia de los bancos en el resultado de la elección presidencial a través de sus medios de comunicación.
También ha radicalizado su discurso. Esta semana fue invitado por BFMTV para participar en un programa especial sobre la crisis de los chalecos amarillos y allí alentó a los manifestantes a ir hoy hasta el Palacio del Elíseo. «Todo el mundo quiere ir allí porque es el símbolo del gobierno», y cuando el presentador le preguntó qué haría una vez que estuviera allí, respondió tranquilamente «entramos dentro». Defiende el asalto a las instituciones como vía para visibilizar sus demandas. Esta declaración le ha valido la apertura de una investigación por «provocación a la comisión de un crimen o delito» y «organización de una manifestación ilícita». Desde su página Facebook ayer les informó de que su casa, en la región parisina, había sido registrada por la Policía y su mujer había sido interrogada. «No estoy detenido, pero lo estaría si hubiera estado en casa», comentó ayer. «Fly Rider» ha hecho para hoy toda una declaración de intenciones: «Lo que suceda será extremadamente violento».
