Lo que de confirmarse daría a Pedro Sánchez la oportunidad, en plena crisis del PP, de un adelanto de las elecciones generales en el mes de marzo distanciándose de los nacionalistas catalanes y de Podemos. Unos comicios generales que podría ganar el PSOE y en las que Cs se convertiría en el primer partido de la Oposición por delante del PP. Lo que abriría la posibilidad de un pacto de investidura de Sánchez con apoyo de Cs, similar al que ambos presentaron sin éxito en marzo de 2016.
Si el PSOE gana dichos comicios de marzo y Sánchez pacta con Rivera un nuevo gobierno nacional, todo ello tendría un impacto claro en las elecciones previstas para el mes de mayo, municipales, autonómicas y europeas, aumentando el deterioro nacional del PP y el auge de Vox en el flanco conservador de la política nacional.
Por todo ello la importancia de las elecciones andaluzas tanto en el Sur como en toda España, obligando a Susana Díaz a pactar con Podemos desde donde Teresa Rodríguez asegura que en ese caso exigiría a los socialistas una coalición de gobierno presidida por otro dirigente que no sea Susana Díaz, lo que no sería fácil de conseguir.
Pero en el plano nacional la principal consecuencia de los comicios de Andalucía sería el descalabro andaluz y nacional del PP una vez que se consolide la irrupción de Vox en Andalucía y en la política nacional. Un PP quedará muy dañado y sufriría un éxodo de dirigentes, cargos y de votantes hacia Cs y Vox, reduciendo mucho sus posibilidades de caras a las futuras y no lejanas elecciones generales, municipales, autonómicas y europeas.
De manera que si el PP se desfonda ahora en Andalucía y ya está casi desaparecido en Cataluña su posición como alternativa de Gobierno al PSOE quedaría fuera de lugar en beneficio de Cs. Y el nuevo liderazgo de Pablo Casado resultaría muy afectado y obligado a plantearse una refundación del PP con riesgo de doble ruptura a favor de Cs y de Vox.
Situación dramática para el PP que entraría en el síndrome de la UCD, máxime cuando por otra parte están a la espera de numerosos casos de la corrupción y especialmente el relativo a la doble contabilidad del PP que ahora está en manos del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu próximo a Baltasar Garzón y a la ministra de Justicia Dolores Delgado que quiso nombrar a Andreu Secretario de Estado en Justicia, lo que Pedro Sánchez impidió.
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