El próximo mes de enero los pensiones recibirán una paga para compensar la pérdida de poder adquisitivo que se producirá por la desviación de los precios, que el Gobierno cree que será de tres décimas. Este ejercicio las nóminas de los jubilados subieron un 1,6% pero se espera que a final de año los precios superen ese porcentaje y lleguen hasta el 1,9%, según Economía.
¿Qué coste tendrá esta desviación para las arcas de la Seguridad Social? Cada décima de desviación tiene un coste cercano a los 130 millones, por lo que la factura rozará los 390 millones. Esta cantidad, además, se consolidará para la subida que se aplicará a primeros de ejercicio a las rentas de los jubilados, prevista en el 1,6%.
Antes de que entrara en vigor la reforma de pensiones de 2013 este era el mecanismo de actualización que se utilizaba en España, pero teniendo en cuenta la inflación noviembre sobre noviembre. Un periodo que ahora se ha descartado por «tensiones contables», según explicó el departamento que dirige Magdalena Valerio.
Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, argumentó ayer que el Gobierno ya se encontró con dificultades para revalorizar las pensiones un 1,6% y mejorar las pensiones de viudedad -la base reguladora pasó del 52% al 56%- porque, dijo, esas partidas no estaban previstas con fondos en los Presupuestos de 2018 que diseñó el Gobierno anterior. Granado aseguró que la «paguilla» se cargará a los Presupuestos de 2019 y que, por ello, el Ministerio ha optado por escoger la referencia del último mes del año.
Mientras, la nómina mensual de pensiones alcanzó el pasado noviembre la cifra récord de 9.287 millones, casi un 5% más. Esta tasa de crecimiento es similar a la que se registró en los tres últimos meses. El gasto global del conjunto de pensiones llegó a superar el 8% interanual en la antesala de la crisis (2008), aunque desde hace unos años, venía creciendo a un ritmo próximo o superior al 3%. Hay que remontarse a los años 2013, 2012 y 2011 para encontrar una tasa interanual superior al 4%.
Esta explosión de gasto hace cada vez más complicado hace frente a los gastos, sobre todo a los extra. A mediados de mes el Consejo de Ministros aprobó la concesión de un préstamo del Estado a la Seguridad Social por importe de 6.330 millones para el abono de la paga extraordinaria de pensiones que los mayores percibirán el día 1. El libramiento fue la segunda parte del préstamo presupuestario de 13.830 millones, de los que se utilizaron ya 7.500 millones el pasado mes de junio.
3.000 millones de la «hucha»
Como ya informó ABC, el préstamo no es suficiente para el abono de la extra, por lo que el Gobierno deberá disponer de 3.000 millones adicionales del Fondo de Reserva. Tras esta disposición la «hucha» se quedará con 5.000 millones. El recurso a este instrumento fue duramente criticado por el PSOE cuando el Gobierno de Mariano Rajoy se vio obligado por la crisis a recurrir desde 2012 a sus fondos para poder pagar la nómina de las pensiones; ahora el Ministerio de Trabajo hará lo mismo que tan duramente ha criticado estos años.
Diciembre como julio son meses en los que se producen en el sistema fuertes tensiones de tesorería ya que los jubilados cobran doble nómina, la ordinaria y la extraordinaria. Este año la factura rozará los 18.600 millones de euros