El Ayuntamiento de Barcelona encara el invierno poniendo en marcha la operación Frío para tratar de dar cobijo a las personas sin hogar. Por ello, doblarán el número de camas disponibles, de 200 a 400, mientras recuerdan que la Generalitat sigue ausente en sus funciones. La gran mayoría de estas plazas, sin embargo, se abrirán cuando la temperatura llegue a los cero grados, es decir, cuando la operación se active en fase de alerta.
La operación Frío tiene una primera fase preventiva que se activará cuando la temperatura baje alrededor de los cinco grados centígrados de forma general en toda la ciudad. Será entonces cuando se reservarán 75 plazas del Centro de Estancias Breves (CEB) que hay en la segunda planta del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB) como alojamiento de emergencia para personas que duermen en la calle. Estas plazas pueden permanecer hasta tres meses abiertas, es decir, hasta que la temperatura se recupere.
En caso de que la temperatura se desplome hasta los cero grados centígrados, el Ayuntamiento activará la operación Frío en fase de alerta y dispondrá de 325 plazas adicionales para dar respuesta a esta situación de emergencia. De estas, 150 plazas se encuentran en un equipamiento escolar en desuso en el distrito de Sant Martí; 120, en un equipamiento en Sarrià-Sant Gervasi; 30 plazas para mujeres, en el distrito del Eixample; y 25 plazas, en el CUESB. Todo ello se suma a las 1.346 que el consistorio mantiene en funcionamiento durante todo el año.
La concejal Laia Ortiz explicó ayer que el Ayuntamiento sigue comprometido con el desarrollo progresivo del Plan de lucha contra el sinhogarismo 2016-2020, el primero de estas características, y que está consensuado con todas las entidades que trabajan en este ámbito y que conforman la Red de Atención a Personas sin Hogar (XAPSLL).
Como parte de este plan, el consistorio licitará próximamente los nuevos contratos públicos de gestión del programa Primer Hogar y prevé que, a finales de 2019 o principios de 2020, hasta 100 personas que están en situación de calle accedan a un piso. Con todo, Ortiz ha pedido la colaboración de Generalitat y ayuntamientos para atender a estas personas y atacar las causas del sinhogarismo: el elevado precio del alquiler y la precariedad laboral.
No en vano, al margen de la habitual ausencia de la Generalitat, no son pocos los ayuntamientos que envían a personas sin hogar a Barcelona para que sean atendidas en la capital catalana. La concejal municipal lamentó que Barcelona está «muy sola» en la oferta de atención a las personas sin hogar y ha reclamado la «corresponsabilidad» de otros municipios y «estrategia de país».
