Con Juan de Borbón podría haber pasado a la historia simplemente como el padre del Rey Juan Carlos I. Pero ha logrado tener reconocimiento a su figura gracias al enorme interés que ha causado su persona entre historiadores, intelectuales y escritores. Y no es para menos, ya que a lo largo de su vida acumuló numerosas vivencias que construyeron a un carismático personaje histórico. Alfonso Ussía presentó ayer, en un abarrotado Auditorio Abante de Madrid, un libro que relata algunos de los curiosos acontecimientos que le rodearon, «Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona. Cacerías de perdices en España 1976-1991» (Ediciones El Viso).
En concreto, las experiencias que narró el conde de los Gaitanes, Luis de Ussía y Gavaldá, el progenitor de Alfonso Ussía (que se ha responsabilizado de la edición con la colaboración de José María Torrego e Íñigo de la Serna) están relacionadas con la caza de la perdiz, uno de los «hobbies» de Don Juan. Precisamente, el libro es un homenaje tanto a ello como al padre de Juan Carlos I, comentó el presidente de Abante, Santiago Satrústegui. Para él, la obra viene además a resaltar a una persona que «nos hace falta en estos momentos porque se trataba de un hombre con gran sentido de Estado».
«Comentarios indiscretos»
Sin embargo, realmente la caza no era una de las mayores aficiones de Don Juan. De hecho, según Ussía, para él solo fue una «excusa para encontrarse con los amigos y quitarse la melancolía». Toda la que había acumulado durante sus años alejado de España y de su gente. Entre esos amigos estaba el conde de los Gaitanes, que desde los 13 años ya escribía diarios sobre la caza de la perdiz, pues era un verdadero entusiasta de dicha actividad. Y ahora su hijo, Alfonso Ussía, ha decidido publicar este libro de vivencias con Don Juan como protagonista a pesar de que su padre no hubiese querido que así fuera. Entre otras cosas, porque «hay comentarios que no son discretos. Por ejemplo, ciertos nuevos ricos no salen bien parados en la narración original», según explicó el escritor antes de disculparse por la indiscreción de publicarlo.
Al servicio de la nación
Ussía destacó asimismo que el libro, en su sentido más profundo, es en realidad una «historia de amistad». Y es que en sus páginas se puede descubrir la admiración que el conde de los Gaitanes le tenía a Don Juan, a quien siempre se refirió como «su rey», tal como cuenta Ussía. Para él, su padre fue un hombre de «lealtad callada, que se mantuvo en un segundo plano y que nunca quiso destacar. Como era habitual en todas las personas con título real que rodeaban a Don Juan, jamás cedió en su fidelidad a él». Al contrario, se la ganó a base de mostrar un fuerte compromiso con la monarquía borbónica y los que a ella pertenecían. Una de las demostraciones es que Don Juan «trajo a España los restos de todos los miembros de la familia que estaban enterrados fuera por razones históricas. Incluso cuando estaba deteriorado de salud, logró que se trasladase a su querido hijo Alfonso desde Cascais», explica Ussía.
Él mismo pudo conocer a Don Juan y disfrutar de su compañía. Y las conclusiones que saca de su persona son bastante cercanas a la admiración y la lealtad que su padre sentía por él. Para Ussía, cuando hablamos del padre de Juan Carlos I, lo hacemos de la figura «más importante del siglo XX en España». «No solo porque siempre se puso al servicio de la nación, adaptándose a lo que el transcurso de la historia exigía, sino que también fue extraordinario por su personalidad. Se trataba de un ser de lo más profundo, un verdadero señor, muy cariñoso, valiente y español», le describe Ussía.