Al menos 100 soldados nigerianos han sido asesinados en varios ataques de milicianos islamistas perpetrados durante los últimos días, según informes de los medios y funcionarios de seguridad. La peor ofensiva se produjo el domingo cuando los insurgentes invadieron una base militar en la aldea de Metele, al noreste de Nigeria. Esta región es el centro de una insurgencia librada por Boko Haram, creada hace nueve años con el objetivo de instituir la Sharia o la ley islámica y ha estado vinculada al Estado Islámico, quien se ha responsabilizado de los ataques.
Un oficial que se encontraba en la base militar de Metele explicó a Reuters que los insurgentes les habían cogido por sorpresa y confirmó la cifra de bajas. El martes otro soldado de la zona dijo que sufrieron una emboscada mientras intentaban recuperar los cuerpos del ataque del domingo.
Se trata de uno de los peores ataques, en cuanto al número de muertos, desde que gobierna el presidente Muhammadu Buhari, quien llegó al poder en 2015. A pesar de los esfuerzos del ejército y del ejecutivo de Nigeria para derrotar a los milicianos, en los últimos meses se han registrado un número elevado de bajas. El pasado mes de septiembre 48 soldados murieron tras un asalto a un puesto del ejército en la frontera con Níger. Los críticos acusan al ejecutivo de Buhari de no ofrecer transparencia a la hora de revelar el número de militares muertos a manos de los terroristas.
Esta nueva oleada de violencia en esta región podría tener un impacto en las elecciones generales previstas para febrero de 2019.