Como en la Edad Media, Isabel García Castro vela armas este fin de semana. El lunes la concertista toledana, de 21 años, competirá en la final del galardón internacional Pau Casals para jóvenes violonchelistas 2018. En Vendrell (Tarragona), se enfrentará a otros cinco jóvenes estudiantes, todos menores de 22 años, que han sido elegidos entre las candidaturas que la organización ha recibido de todo el mundo.
Isabel se las verá con dos catalanes, una castellano-leonesa, un estadounidense y un chino, que lucharán por una beca de 18.000 euros para el ganador, además de un accésit de 6.000 euros y menciones de honor.
La joven artista está tan volcada en afinar su preparación para este concurso, organizado por la Fundación Pau Casals desde 1984, que no concede entrevistas. Porque ya se encuentra en la recta final de una competición muy exigente, para la que tuvo que presentar su currículum académico y artístico, un ensayo personal expresando su motivación y un vídeo interpretando extractos de tres piezas diferentes para violonchelo solo.
El lunes por la mañana será la audición final, retransmitida por internet, en la Escuela Municipal de Música Pau Casals de Vendrell. Como sus cinco colegas, Isabel interpretará durante 30 minutos piezas de violonchelo solo y otras con acompañamiento de piano delante de un jurado muy selecto. Estará presidido por Marta Casals Istomin, viuda de Pau Casals, vicepresidenta y cofundadora de la fundación que lleva el nombre de su marido. Junto con ella, violonchelistas de gran prestigio internacional, como Marc Coppey, Alban Gerhardt, Frans Helmerson y Arnau Tomás.
La violonchelista toledana, que estudia en Lugano (Suiza), se formó en el Conservatorio Jacinto Guerrero y en la Universidad Alfonso X el Sabio. En 2015 recogió el premio Nacional de Educación por su rendimiento académico excelente, una preparación que ha perfeccionado durante los últimos tres años. Ahora le espera Pau Casals.
