Hillary Clinton, quien perdió la posibilidad de presidir EE.UU. por el auge del populismo en su país, ha lanzado una clara advertencia a Europa: si sigue con su política de puertas abiertas en materia migratoria va a padecer con una fuerza inusitada los efectos del auge de ese mismo movimiento populista.
En una entrevista concedida al diario «The Guardian», la ex secretaria de Estado asegura que «Europa debe controlar la inmigración porque esa es la mecha que enciende las llamas». Le reconoce a la canciller alemana, Angela Merkel, sus medidas «generosas y compasivas», pero cree que es necesario un cambio.
«Hay que reconocer que Europa ya ha hecho lo que debía, ahora debe enviar un claro mensaje: que no podemos seguir prestando refugio y ayudas, porque si no solucionamos el asunto de la inmigración este seguirá agitando el discurso político», asegura Clinton durante la entrevista.
Varios partidos populistas, como el Frente Nacional francés o La Liga italiana, han ganado terreno con duras propuestas migratorias mientras Gobiernos como el de Pedro Sánchez en España han convertido el rescate de emigrantes en alta mar en un ejemplo de una nueva política aperturista.
Son esos gestos, y la falta de una política coherente a nivel europeo, lo que ahora critica Clinton, quien además advierte en contra del «uso de emigrantes como un instrumento político».
