Tiempos muy complicados pero interesantes son los que se avecinan para Jalisco. Y todo porque el gobernador electo, Enrique Alfaro Ramírez ya alzó la voz para tratar de frenar el intento regresivo en materia de federalismo que -dice- está ya aplicando el equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador sin atender las propuestas del equipo del próximo ejecutivo estatal.
Se antoja un pleito muy ríspido conociendo las personalidades y temperamento de ambos personajes que hace seis años fueron aliados políticos y que ahora obtuvieron los cargos que aspiraban entonces, y que se conocen muy bien entre sí sobre cómo juegan por arriba -y por debajo- de la mesa. Esperemos que este diferendo político no impacte en la estabilidad y crecimiento de Jalisco justo ahora que el país pasa por una desaceleración económica.
A los que les urge elaborar protocolos que armonicen el discurso con lo que ocurre en los eventos es al equipo de transición del gobierno del estado, pues convocó a que lo acompañaran en un lugar público a hacer un pronunciamiento de parte de su líder, sin embargo el lugar fue acaparado por los que ya tienen una chamba prometida o andan esperando un hueso y necesitan ser vistos.
Esto porque cuatro personas de la tercera edad que a duras penas trataron de acercarse a ver qué es lo que iba a decir el gobernador electo, fueron desplazadas hacia atrás por el grupo organizador y se les metieron enfrente a ellos que sí llegaron como ciudadanos libres. Finalmente, los adultos mayores mejor se fueron.
Descanse en paz el Sistecozome, la empresa paraestatal creada en el sexenio del gobernador Flavio Romero de Velasco como respuesta a los amagos de paros del pulpo camionero.
Ayer, oficialmente, se entregó la administración de lo que quedaba de la empresa a la Secretaría de Movilidad una vez que muchas de sus rutas pasaron al modelo de ruta-empresa y también a que la ley que ordena su liquidación definía este trámite como paso obligado.