El trabajo de Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942) se caracteriza por innumerables fotografías capturadas en su recorrido por el mundo. Destaca lo realizado en México, donde a través de su lente captó tradiciones y costumbres de diferentes regiones. “Ya no viajo mucho porque desafortunadamente en mi país, que adoro, ya no puedo fotografiar zonas indígenas porque hay narcos”, dijo ayer la fotógrafa durante la presentación de su nueva exposición.
Con obras expuestas en recintos como la Tate Modern, en Londres, o el Centro Georges Pompidou, en París, Graciela Iturbide: cuando habla la luz es la muestra más extensa enfocada en su trayectoria y quehacer fotográfico. “Es un recorrido significativo por su obra, desde el inicio de su carrera en 1972, hasta trabajos más recientes, en 2017”, explicó Cándida Fernández de Calderón, directora de Fomento Cultural Banamex.
El Palacio de Cultura Citibanamex-Palacio de Iturbide es el recinto que alberga, hasta el 21 de abril de 2019, más de 260 fotografías elegidas por la artista y el curador de la exposición, Juan Rafael Coronel Rivera, la cual está organizada en 20 módulos, que son el hilo conductor que despliega el universo de su visión creativa.
En su trayectoria de más de cuatro décadas, la artista ha recorrido países como Estados Unidos, Cuba, Panamá, Francia, Alemania e India, entre otros. Sin embargo, sitios como Sonora, Chiapas, Michoacán, Estado de México, Oaxaca o Puebla concentran gran parte de su trabajo, aunque confiesa que “ya es muy peligroso salir; esta última vez me dijeron: ‘Hay que tener cuidado porque hay narcos’”. Pero aclaró: “Afortunadamente nunca he tenido problemas por ser fotógrafa, porque vivo con las personas, me quedo en sus casas, me cuidan”.
SOY ANALÓGICA
Sobre la muestra, Iturbide expresó su asombro por la curaduría, el guión y el montaje de la misma: “Entre tantas exposiciones que he tenido en México y en el mundo, tengo que decir que la de aquí me impresionó: yo misma veo a otra Graciela Iturbide.
“Estoy asombrada con mi obra. Me sorprendí porque de mis fotos, como comprenderán, estoy hasta el gorro. El texto de Juan Rafael Coronel Rivera es fantástico, y es maravilloso cómo transformaron mi obra”.
Durante la planeación de la muestra “ella (Iturbide) me fue presentado imágenes”, a decir del curador, quien hizo énfasis en la serie donde hay unos coches cubiertos, los cuales presentan parte del trabajo contemporáneo de la artista, así como alrededor de 30 imágenes que se presentan por primera vez, “entre ellas, unos autorretratos”.
En conferencia de prensa, Iturbide se refirió también a la forma de ejecución de su trabajo: “Soy analógica, no tengo nada contra lo otro (digital). La cámara es un pretexto para conocer el mundo, y ahí es donde se entiende mi alma. Aquí (en la exposición) me siento representada como soy”.
SUS INICIOS
En 1969 Graciela Iturbide ingresó al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México con la intención de estudiar cine, pero el destino la llevaría por otro camino: conocer a Manuel Álvarez Bravo, maestro de la fotografía mexicana, quien se convertiría en su maestro y mentor.
“A mí me decía Álvarez Bravo: ‘Hay que leer mucho, Graciela; hay que ver mucha pintura’. Cuando me fui a París me preguntó que para qué me iba, y le dije que para ver museos de pintura, y me decía: ‘Ay, Graciela, pero si aquí hay muchos libros’, lo cual me daba mucha risa. Entonces tuve el ejemplo de Álvarez Bravo; sus consejos me han servido en la vida de una forma increíble”.
Pero fue en la década de los 70 cuando Graciela Iturbide realizaría sus primeros encargos fotográficos para diversas publicaciones e instituciones y, en su vocación de viajera, recorrería el país de norte a sur, mostrando “la narrativa que discurre entre el mundo interior y exterior, tradición y modernidad, el artista y el sujeto, que nos convoca a la complicidad que solo Graciela sabe entablar con quienes convive”, concluyó Fernández de Calderón.
Graciela Iturbide: cuando habla la luz se presenta hasta el 21 de abril de 2019 en el Palacio de Cultura Citibanamex-Palacio de Iturbide, Av. Francisco I. Madero 17, Centro Histórico. Entrada libre.
TESTIMONIO
UNA FORMA DE PROLONGAR EL ALMA
“La fotografía es la prolongación del alma. Una vez tuve una pena fuerte, al perder a una hija, y me dio por fotografiar angelitos muertos.
“En Dolores, Hidalgo, un señor tenía un angelito, entonces le pregunté si podía tomarle una foto y aceptó.
“Después que enterraron a su hijito, en el cielo habían muchos pájaros, a los que les llamo ‘pájaros de la muerte’, y ahí sentí que la muerte me dijo: ‘¡Basta, Graciela. Ya basta!’ La fotografía es tan parte de mi vida...”
CLAVES
ALGUNAS OBRAS
La Verónica, patrona de la fotografía, Cayó el cielo y Mujer ángel, son algunas de las piezas expuestas en el Palacio de Iturbide.
PRIMER TRABAJO
Zihuatanejo, retrato de una pequeña con la cabeza cubierta, realizado en 1972, es su primera obra profesional.