El concejal de Cultura Festiva en el Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset (Compromís), tendrá que declarar el próximo 11 de enero en el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia como imputado por la muerte, en junio de 2017, de un operario que trabajaba en el montaje de las gradas para los conciertos de Viveros durante la Gran Fira de Juliol, según adelantó ayer la televisión pública valenciana «À Punt directe».
El Gobierno de Joan Ribó se desvinculó desde el primer momento de este accidente y responsabilizó del suceso a la contrata. Sin embargo, hace apenas unos días el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Eusebio Monzó, desvelaba que la Dirección General de Trabajo impuso una multa de 40.000 euros por «haber cometido una infracción muy grave» durante la instalación de las gradas.
Ayer, tras conocerse la imputación de Fuset, Monzó insistía: «Pedimos, mediante moción en el Pleno del mes de febrero, que el Ayuntamiento se personará en la causa y Ribó dijo que la Administración local era ajena al accidente. Lo volvimos a pedir el pasado jueves, después de que el tripartito intentara esconder en la décima modificación de crédito que iban a pagar la multa de Inspección de Trajo por infracción muy grave. Ahora, Ribó no puede poner mas excusas, tiene que dar la cara y explicaciones, sobre todo por qué la familia del trabajador fallecido ha estado durante más de un año sin respuesta y olvidada por una Administración que puede tener alguna responsabilidad con lo sucedido».
El fatal accidente se produjo el 27 de junio de 2017, pero Fuset admitió que no tuvo conocimiento oficial del mismo hasta que pasaron seis días. Al séptimo falleció el trabajador. El concejal ofreció una rueda de prensa para dar explicaciones sobre este asunto y negó cualquier responsabilidad.
El PP insiste en que no se tramitaron los permisos pertinentes. La autorización, al parecer, fue verbal.