El problema, dice la señora de mayor edad, es que los padres ya no se preocupan por los hijos. En cuanto ven que el niño se va a la secundaria le compran su celular o alguno de esos aparatos que ahora usan y los dejan. Ya ve, ¿cuánta niña no hay por allí ya con el chamaco dentro? Pero la culpa no es de ellos, es de la educación porque no hay quién les diga, quién les oriente, y solo tienen a sus amigas y amigos que están igual de tontos.
La interlocutora asiente y aprieta los labios. Le molesta la plática pero no dice nada. No debe decir nada porque hay un hombre sentado en la mesa esperando la segunda orden de tacos.
… si le platiqué, ¿verdad?, ¿de la niña esta que se desmayó enfrente de la entrada de la papelería a un lado de la casa? Luego, luego entró m’hija corriendo para decirme que una niña estaba tirada en el piso y no reaccionaba y había unos muchachos ahí que querían levantarla. Pero no eran de la edad y ni siquiera tenían el uniforme de la escuela. Lo bueno es que llegamos y le dije a mi niña que me ayudara y como pudimos la metimos y la acostamos en el sillón grande, en la sala…
El hombre ya ha terminado, ya rechazó el vaso de agua de horchata y ya se levanta mientras pregunta cuánto debe.
… pues ya, regresó en sí justo cuando estábamos pidiendo una ambulancia o algo al número ese nuevo que atiende todo y se soltó a llorar, ¿usted cree? Yo le dije que me diera un número o algo para llamarle a su familia y que vinieran por ella pero estaba toda temblorosa y llore y llore que porque su papá la iba a matar y me espanté refeo porque pensé que abusaban de ella o algo así. Já, qué abusar ni que ocho cuartos, dijo que tenía cuatro meses de embarazo y que no les había dicho nada a sus papás y que si su papá se enteraba la iba a matar ¿usted cree? Hágame favor, que ni su propia madre se haya dado cuenta. Bueno, la verdad es que no se le notaban, en fin…
La mujer extiende un billete de 20 pesos y algunas monedas. El hombre camina hacia el gimnasio público en el camellón de la avenida en Pachuca, muy cerca del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo, allá por Colosio.
- No puedo creer que su propia madre no se haya dado cuenta, ¿pues qué clase de mujer es?, ¿tan pronto olvidó su embarazo? Esa señora no estaba con su hija, no la conocía, no sabía de… mejor me callo. Yo tengo tres y mire, la verdad yo sí he hablado con ellas y les he dicho “a ver, esto sirve para esto y si lo haces sin protección puedes quedar embarazada”… yo cada mes llevo a la casa y los dejo ahí en un recipiente a la mano para que no tengan pretexto y vayan a salir con sus cosas. Yo no puedo estar cuidándolas todo el tiempo, ni estar viendo con quien van o no, entonces mejor que tengan cómo cuidarse desde la casa.
- Fíjese que hace como un mes, una niña del Cecyteh llegó y me pidió permiso para hacerse una prueba de embarazo en el baño. Me quedé sorprendida y pues la dejé entrar. Pasó un rato y salió llore y llore porque el aparatito le había confirmado que sí. Se sentó ahí en la entrada del negocio y no dejaba de llorar y pues salí y hablé con ella y dijo que una de sus amigas le dijo de un té y que otra la quería llevar con una señora para que se lo sacara y quien sabe cuánto. Yo le dije que tenerlo o no era su decisión pero tenía que hablar con sus padres y decirles, que no la iban a abandonar por muy duros que fueran. Ella decía llorando que a ellos no les importaba que siempre le daban lo que quería pero no pasaban tiempo juntos por el trabajo de uno y los pleitos de otro y que mejor no. Decía que quería irse con su familia a San Luis y que no les diría nada a sus padres, que igual ni cuenta se iban a dar. Aquí estuvo llore y llore como una hora. Me dio mucho sentimiento y la abracé y casi me pongo a llorar con ella...
- No lo sé, pero el otro día pasaron sus amigas por aquí y dijeron que ya no iba a la escuela…